Nueva Biblia Latinoamericana
Pido siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos ustedes, (Filipenses 1:4)
por su participación en el evangelio (en anunciar las buenas nuevas) desde el primer día hasta ahora. (Filipenses 1:5)
Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. (Filipenses 1:6)
Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones (mis cadenas) como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia.
Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús. (Filipenses 1:8)
Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, (Filipenses 1:9)
a fin de que escojan (aprueben) lo mejor, para que sean puros e irreprensibles para el día de Cristo; (Filipenses 1:10)

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Filipenses 1:7 - Referencia Cruzada

Estos lo hacen por amor, sabiendo que he sido designado para la defensa del evangelio. (Filipenses 1:16)
Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de ustedes los Gentiles (Efesios 3:1)
Antes bien, en la medida en que comparten los padecimientos de Cristo, regocíjense, para que también en la revelación de Su gloria se regocijen con gran alegría. (1 Pedro 4:13)
Sin embargo, han hecho bien en compartir conmigo en mi aflicción. (Filipenses 4:14)
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13:7)
por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamar lo hable sin temor, como debo hablar. (Efesios 6:20)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. (Hebreos 3:1)
Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acuérdense de mis cadenas (de mis prisiones). La gracia (El favor del Señor) sea con ustedes. (Colosenses 4:18)
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. (Hechos 20:23)
También considero justo, mientras esté en este cuerpo (en esta morada), estimularlos recordándoles estas cosas, (2 Pedro 1:13)
Pero en cuanto a ustedes, amados, aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. (Hebreos 6:9)
Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres, (2 Corintios 3:2)
Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. (1 Corintios 9:23)
Por una parte, siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros de los que eran tratados así. (Hebreos 10:33)
Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (el Mesías), por el cual también he sido encarcelado, (Colosenses 4:3)
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones, (1 Tesalonicenses 1:2)
Por tanto, a los ancianos entre ustedes, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: (1 Pedro 5:1)
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor. (Gálatas 5:6)
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan (anden) de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. (Efesios 4:1)
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. (1 Juan 3:14)
porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. (1 Tesalonicenses 5:5)
por su participación en el evangelio (en anunciar las buenas nuevas) desde el primer día hasta ahora. (Filipenses 1:5)
por el cual sufro penalidades, hasta el encarcelamiento como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está presa. (2 Timoteo 2:9)
No hablo para condenarlos, porque ya he dicho antes que ustedes están en nuestro corazón para morir juntos y para vivir juntos. (2 Corintios 7:3)
Entonces el comandante llegó y lo arrestó, y ordenó que lo ataran con dos cadenas, y preguntaba quién era y qué había hecho. (Hechos 21:33)
Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero Suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio (las buenas nuevas), según el poder de Dios. (2 Timoteo 1:8)
Después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; (Hechos 16:23)