Nueva Biblia Latinoamericana
Y dio órdenes al centurión de que tuviera a Pablo bajo custodia, pero con alguna medida de libertad, y que no impidiera a ninguno de sus amigos que lo sirvieran. (Hechos 24:23)
Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer, que era Judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. (Hechos 24:24)
Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix, atemorizado dijo: "Vete por ahora, pero cuando tenga tiempo te mandaré llamar." (Hechos 24:25)
Al mismo tiempo, tenía esperanza de que Pablo le diera dinero. Por eso acostumbraba llamarlo con frecuencia y conversar con él.
Pero transcurridos dos años, Porcio Festo llegó como sucesor de Félix, y deseando hacer un favor a los Judíos, Félix dejó preso a Pablo. (Hechos 24:27)
Festo, entonces, tres días después de haber llegado a la provincia, subió a Jerusalén desde Cesarea. (Hechos 25:1)
Y los principales sacerdotes y los Judíos más influyentes le presentaron acusaciones contra Pablo, e insistían con Festo, (Hechos 25:2)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 24:26":

Dr. Roberto Miranda
La estrategia evangelística de Pablo
Un análisis del primer sermón evangelístico de Pablo en Hechos 13 y la importancia de presentar a Jesús como la culminación de la historia y usar la propia vida y cultura para compartir el Evangelio.


Dr. Roberto Miranda
Debemos juzgar a los demás - o no?
En este sermón, el pastor enseña acerca del Capítulo 2 de Romanos y cómo es importante entender el contexto histórico y cultural en el cual Pablo escribió esta epístola, así como la importancia de juzgar con temor y humildad y vivir vidas santas.


Hechos 24:26 - Referencia Cruzada

Muchos buscan el favor del generoso, Y todo hombre es amigo del que da. (Proverbios 19:6)
Porque estéril es la compañía de los impíos, Y el fuego consume las tiendas del corrupto. (Job 15:34)
En su avaricia los explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida. (2 Pedro 2:3)
No aceptarás soborno, porque el soborno ciega aun al de vista clara y pervierte las palabras del justo. (Éxodo 23:8)
No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo. (Deuteronomio 16:19)
Tus gobernantes son rebeldes Y compañeros de ladrones; Cada uno ama el soborno Y corre tras las dádivas. No defienden al huérfano, Ni llega a ellos la causa de la viuda. (Isaías 1:23)
Y vienen a ti como viene el pueblo, y se sientan delante de ti como pueblo Mío, oyen tus palabras y no las cumplen sino que siguen los deseos sensuales expresados por su boca, y sus corazones andan tras sus ganancias. (Ezequiel 33:31)
Sus jefes juzgan por soborno, Sus sacerdotes enseñan por precio, Sus profetas adivinan por dinero, Y se apoyan en el SEÑOR, diciendo: "¿No está el SEÑOR en medio de nosotros? No vendrá sobre nosotros mal alguno." (Miqueas 3:11)
Sus príncipes en medio de la ciudad son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre y destruyendo vidas para obtener ganancias injustas. (Ezequiel 22:27)
Aquí estoy; testifiquen contra mí delante del SEÑOR y delante de Su ungido. ¿A quién he quitado un buey, o a quién he quitado un asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testifiquen, y se lo restituiré." (1 Samuel 12:3)
El impío recibe soborno bajo el manto Para pervertir las sendas del derecho. (Proverbios 17:23)
El rey con la justicia afianza la tierra, Pero el hombre que acepta soborno la destruye. (Proverbios 29:4)
Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. (1 Timoteo 6:9)
El que anda en justicia y habla con sinceridad, El que rehúsa la ganancia injusta, Y se sacude las manos para que no retengan soborno; El que se tapa los oídos para no oír del derramamiento de sangre, Y cierra los ojos para no ver el mal. (Isaías 33:15)
Así dice el SEÑOR: "Por tres transgresiones de Israel, y por cuatro, No revocaré su castigo , Porque venden al justo por dinero Y al necesitado por un par de sandalias. (Amós 2:6)
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y también el juez, una recompensa, El grande habla de lo que desea su alma, Y juntos lo traman. (Miqueas 7:3)
Después de varios años, he venido para traer limosnas a mi nación y a presentar ofrendas. (Hechos 24:17)
Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar. Seducen a las almas inestables. Tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición. (2 Pedro 2:14)
Y los perros son voraces, no se sacian. Ellos son pastores que no saben entender. Todos se han apartado por su propio camino, Cada cual, hasta el último, busca su propia ganancia. (Isaías 56:11)
Acabada su bebida, Se entregaron a la prostitución; Sus príncipes aman mucho la ignominia. (Oseas 4:18)
Ahora pues, que el temor del SEÑOR esté sobre ustedes. Tengan cuidado en lo que hacen, porque con el SEÑOR nuestro Dios no hay injusticia ni acepción de personas ni soborno." (2 Crónicas 19:7)
Pero sus hijos no anduvieron en los caminos de su padre, sino que se desviaron tras ganancias deshonestas, aceptaron sobornos y pervirtieron el derecho. (1 Samuel 8:3)
Porque con certeza ustedes saben esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5:5)
Talismán (Piedra de favor) es el soborno a los ojos de su dueño; Dondequiera que se vuelva, prospera. (Proverbios 17:8)
¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, (1 Corintios 6:9)
No juntes mi alma con pecadores, Ni mi vida con hombres sanguinarios, (Salmos 26:9)
A un mercader, en cuyas manos hay balanzas falsas, Le gusta oprimir. (Oseas 12:7)
Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador: "Ya que por usted hemos obtenido mucha paz, y que por providencia suya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación, (Hechos 24:2)