Nueva Biblia Latinoamericana
ESTO FUE HECHO DE PARTE DEL SEÑOR, Y ES MARAVILLOSO A NUESTROS OJOS'?" (Marcus 12:11)
Y procuraban prender a Jesús, pero temían a la multitud, porque comprendieron que contra ellos había dicho la parábola. Y Lo dejaron y se fueron. (Marcus 12:12)
Pero enviaron algunos de los Fariseos y de los Herodianos para sorprender a Jesús en alguna palabra. (Marcus 12:13)
Cuando ellos llegaron, Le dijeron: "Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial, y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?
¿Pagaremos o no pagaremos?" Pero El, dándose cuenta de su hipocresía, les preguntó: "¿Por qué Me están poniendo a prueba? Traigan un denario (moneda Romana) para verlo." (Marcus 12:15)
Se lo trajeron, y El les dijo: "¿De quién es esta imagen y la inscripción?" "Del César," Le contestaron. (Marcus 12:16)
Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios." Y se maravillaban de El. (Marcus 12:17)

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Marcus 12:14 - Referencia Cruzada

Libra mi alma, SEÑOR, de labios mentirosos, Y de lengua engañosa. (Salmos 120:2)
No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo. (Deuteronomio 16:19)
El Señor DIOS Me ayuda, Por eso no soy humillado, Por eso he puesto Mi rostro como pedernal, Y sé que no seré avergonzado. (Isaías 50:7)
Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones. No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde. (Ezequiel 2:6)
Pues por esto también ustedes pagan impuestos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto. (Romanos 13:6)
Cuando llegó Judas, inmediatamente se acercó a Jesús y le dijo: "¡Rabí (Maestro)!" Y Lo besó. (Marcus 14:45)
Porque si yo les causo tristeza, ¿quién será el que me alegre sino aquél a quien yo entristecí? (2 Corintios 2:2)
De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne. Aunque hemos conocido a Cristo según la carne, sin embargo, ahora ya no Lo conocemos así. (2 Corintios 5:16)
Y de aquéllos que tenían reputación de ser algo (lo que eran, nada me importa; Dios no hace acepción de personas); pues bien, los que tenían reputación, nada me enseñaron (contribuyeron). (Gálatas 2:6)
Como vasija de barro revestida de escoria de plata, Así son los labios ardientes y el corazón perverso. (Proverbios 26:23)
Y comenzaron a acusar a Jesús, diciendo: "Hemos hallado que éste pervierte a nuestra nación, prohibiendo pagar impuesto al César, y diciendo que El mismo es Cristo (el Mesías), un Rey." (Lucas 23:2)
Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. (Gálatas 1:10)
Ahora pues, que el temor del SEÑOR esté sobre ustedes. Tengan cuidado en lo que hacen, porque con el SEÑOR nuestro Dios no hay injusticia ni acepción de personas ni soborno." (2 Crónicas 19:7)
¿Nos es lícito pagar impuesto al César, o no?" (Lucas 20:22)
Porque se engañan a sí mismos, pues ustedes fueron los que me enviaron al SEÑOR su Dios, diciendo: "Ruega por nosotros al SEÑOR nuestro Dios, y lo que el SEÑOR nuestro Dios diga, nos lo haces saber y lo haremos." (Jeremías 42:20)
Pero Micaías le contestó: "Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré." (2 Crónicas 18:13)
Entonces dijo así el SEÑOR: "Si vuelves, Yo te restauraré, En Mi presencia estarás; Si apartas lo precioso de lo vil, Serás Mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, Pero tú no te vuelvas a ellos. (Jeremías 15:19)
Las palabras de su boca eran más blandas que la mantequilla, Pero en su corazón había guerra; Más suaves que el aceite eran sus palabras, Sin embargo, eran espadas desnudas. (Salmos 55:21)
Yo, en cambio, estoy lleno de poder, Del Espíritu del SEÑOR, Y de juicio y de valor, Para dar a conocer a Jacob su rebelión, Y a Israel su pecado. (Miqueas 3:8)
El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero Aquél que busca la gloria del que Lo envió, El es verdadero y no hay injusticia en El. (Juan 7:18)
Falsedad habla cada uno a su prójimo; Hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón. (Salmos 12:2)
Sí," contestó Pedro. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó, diciendo: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos o impuestos los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?" (Mateo 17:25)
sepa el rey que los Judíos que salieron por orden suya, han venido a nosotros en Jerusalén; están reedificando la ciudad rebelde y perversa, y están terminando las murallas y reparando los cimientos. (Esdras 4:12)
El que dijo de su padre y de su madre: 'No los conozco'; Y no reconoció a sus hermanos, Ni consideró a sus propios hijos, Porque obedecieron Tu palabra, Y guardaron Tu pacto. (Deuteronomio 33:9)
Pues no somos como muchos, que comercian (corrompen) la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, hablamos en Cristo delante de Dios. (2 Corintios 2:17)
Por tanto, puesto que tenemos este ministerio, según hemos recibido misericordia, no desfallecemos. (2 Corintios 4:1)
Pero cuando Pedro (Cefas) vino a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque él era digno de ser censurado. (Gálatas 2:11)
Dinos, pues, cuál es Tu opinión: ¿Está permitido pagar impuesto al César, o no?" (Mateo 22:17)
Por tanto, conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres, pero a Dios somos manifiestos, y espero que también seamos manifiestos en las conciencias de ustedes. (2 Corintios 5:11)
No seguirás a la multitud para hacer el mal, ni testificarás en un pleito inclinándote a la multitud para pervertir la justicia . (Éxodo 23:2)
Y su abundante fruto es para los reyes Que Tú pusiste sobre nosotros a causa de nuestros pecados, Los cuales dominan nuestros cuerpos Y nuestros ganados como les place, Y en gran angustia estamos. (Nehemías 9:37)
y dijeron al profeta Jeremías: "Llegue ahora ante ti nuestra súplica, y ruega al SEÑOR tu Dios por nosotros, por todo este remanente, porque quedamos pocos de muchos que éramos, como pueden ver tus ojos, (Jeremías 42:2)
sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. (1 Tesalonicenses 2:4)