Nueva Biblia Latinoamericana
Que se encomiende al SEÑOR; que El lo libre; Que El lo rescate, puesto que en El se deleita. (Salmos 22:8)
Porque Tú me sacaste del seno materno; Me hiciste confiar estando a los pechos de mi madre. (Salmos 22:9)
A Ti fui entregado desde mi nacimiento; Desde el vientre de mi madre Tú eres mi Dios. (Salmos 22:10)
No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, Pues no hay nadie que ayude.
Muchos toros me han rodeado; Toros fuertes de Basán me han cercado. (Salmos 22:12)
Avidos abren su boca contra mí, Como un león que despedaza y ruge. (Salmos 22:13)
Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas. (Salmos 22:14)

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Salmos 22:11 - Referencia Cruzada

Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas." Entonces todos los discípulos Lo abandonaron y huyeron. (Mateo 26:56)
Miré, y no había quien ayudara, Me asombré de que no hubiera quien apoyara. Entonces Mi propio brazo obtuvo salvación por Mí, Y fue Mi propio furor el que Me sostuvo. (Isaías 63:5)
Para el director del coro. Salmo de David. ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro? (Salmos 13:1)
No me abandones, oh SEÑOR; Dios mío, no estés lejos de mí. (Salmos 38:21)
Porque él librará al necesitado cuando clame, También al afligido y al que no tiene quien lo auxilie. (Salmos 72:12)
Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: "¡Yo no conozco al hombre!" Y al instante un gallo cantó. (Mateo 26:74)
¿Por qué, oh SEÑOR, Te mantienes alejado, Y Te escondes en tiempos de tribulación? (Salmos 10:1)
Tú lo has visto, SEÑOR, no calles; Señor, no estés lejos de mí. (Salmos 35:22)
Mira a la derecha, y ve, Porque no hay quien me tome en cuenta; No hay refugio para mí; No hay quien cuide de mi alma. (Salmos 142:4)
Y otra vez él lo negó con juramento: "¡Yo no conozco a ese hombre!" (Mateo 26:72)
Acércate a mi alma y redímela; Por causa de mis enemigos, rescátame. (Salmos 69:18)
Porque el SEÑOR había visto la aflicción de Israel, que era muy amarga; pues no había siervo ni libre, ni nadie que ayudara a Israel. (2 Reyes 14:26)
Porque el SEÑOR vindicará a Su pueblo Y tendrá compasión de Sus siervos, Cuando vea que su fuerza se ha ido, Y que nadie queda, ni siervo ni libre. (Deuteronomio 32:36)
Oh Dios, no estés lejos de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme. (Salmos 71:12)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
Para el director del coro; según "Los Lirios." Salmo de David. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas me han llegado hasta el alma. (Salmos 69:1)
Miren, la hora viene, y ya ha llegado, en que serán esparcidos, cada uno por su lado, y Me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. (Juan 16:32)