Nueva Biblia Latinoamericana
Ustedes son testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos (nos hicimos) con ustedes los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:10)
Saben además de qué manera los exhortábamos, alentábamos e implorábamos (testificábamos) a cada uno de ustedes, como un padre lo haría con sus propios hijos, (1 Tesalonicenses 2:11)
para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria. (1 Tesalonicenses 2:12)
Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.
Pues ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también ustedes padecieron los mismos sufrimientos a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos padecieron a manos de los Judíos. (1 Tesalonicenses 2:14)
Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres, (1 Tesalonicenses 2:15)
impidiéndonos (prohibiéndonos) hablar a los Gentiles para que se salven, con el resultado de que siempre llenan la medida de sus pecados. Pero la ira de Dios ha venido sobre ellos hasta el extremo (totalmente). (1 Tesalonicenses 2:16)

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1 Tesalonicenses 2:13 - Referencia Cruzada

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
En el ejercicio de Su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas. (Santiago 1:18)
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía. (Hechos 16:14)
Aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret, (Lucas 5:1)
Cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, pero otros dijeron: "Le escucharemos otra vez acerca de esto." (Hechos 17:32)
porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos. (1 Tesalonicenses 1:5)
En cuanto al mensaje que nos has hablado en el nombre del SEÑOR, no vamos a escucharte, (Jeremías 44:16)
Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado. (Juan 15:3)
Por tanto, al instante envié a buscarte, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado." (Hechos 10:33)
deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación, (1 Pedro 2:2)
Y por ellos Yo Me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. (Juan 17:19)
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas (personas). (Hechos 2:41)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo (se da a conocer) se habla de su fe. (Romanos 1:8)
Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. (Romanos 10:17)
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, (Hechos 8:14)
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. (1 Juan 5:4)
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)
Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. (1 Pedro 1:23)
Pero El les respondió: "Mi madre y Mis hermanos son éstos que oyen la palabra de Dios y la hacen." (Lucas 8:21)
El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga Mi palabra, que hable Mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?" declara el SEÑOR. (Jeremías 23:28)
Porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que habla en ustedes. (Mateo 10:20)
El que los recibe a ustedes, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, recibe al que Me envió. (Mateo 10:40)
PERO LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA SIEMPRE." Esa es la palabra que a ustedes les fue predicada (anunciada como buenas nuevas). (1 Pedro 1:25)
Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad. (Juan 17:17)
Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro. (1 Juan 3:3)
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones, (1 Tesalonicenses 1:2)
También discutían con él algunos de los filósofos Epicúreos y Estoicos. Y algunos decían: "¿Qué quiere decir este palabrero?" "Parece ser un predicador de divinidades extrañas," decían otros; porque les predicaba a (anunciaba el evangelio de) Jesús y la resurrección. (Hechos 17:18)
Pero gracias a Dios, que aunque ustedes eran esclavos del pecado, se hicieron obedientes de corazón a aquella forma de doctrina a la que fueron entregados, (Romanos 6:17)
Y lo que para ustedes fue una prueba en mi condición física, que no despreciaron ni rechazaron, sino que me recibieron como un ángel de Dios, como a Cristo Jesús mismo . (Gálatas 4:14)
Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. (2 Pedro 1:16)
Y si la casa es digna, que su saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que su saludo de paz se vuelva a ustedes. (Mateo 10:13)
Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:18)
que ha llegado hasta ustedes. Así como en todo el mundo está dando fruto constantemente y creciendo, así lo ha estado haciendo también en ustedes, desde el día que oyeron y comprendieron la gracia de Dios en verdad. (Colosenses 1:6)
Al contrario," le contestó Jesús, "dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan." (Lucas 11:28)
La parábola es ésta: la semilla es la palabra de Dios. (Lucas 8:11)
y después de sacarlos, dijo: "Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" (Hechos 16:30)
El siguiente día de reposo casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra del Señor. (Hechos 13:44)
para que recuerden las palabras dichas de antemano por los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador declarado por los apóstoles de ustedes. (2 Pedro 3:2)
Oyendo esto los Gentiles, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban ordenados a vida eterna. (Hechos 13:48)