Nueva Biblia Latinoamericana
¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14)
¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: "¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!" (Romanos 10:15)
Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: "SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO?" (Romanos 10:16)
Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.
Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: "POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS." (Romanos 10:18)
Y añado: ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice: "YO LOS PROVOCARE A CELOS CON UN pueblo QUE NO ES PUEBLO; CON UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO LOS PROVOCARE A IRA." (Romanos 10:19)
E Isaías es muy osado, y dice: "FUI HALLADO POR LOS QUE NO ME BUSCABAN; ME MANIFESTE A LOS QUE NO PREGUNTABAN POR MI." (Romanos 10:20)

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Romanos 10:17 - Referencia Cruzada

Al contrario," le contestó Jesús, "dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan." (Lucas 11:28)
Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. (Apocalipsis 1:9)
Pero Abraham dijo: 'Ellos tienen a Moisés y a los Profetas; que los oigan a ellos.' (Lucas 16:29)
Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. (Colosenses 3:16)
Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios. (1 Corintios 1:18)
Pero El les respondió: "Mi madre y Mis hermanos son éstos que oyen la palabra de Dios y la hacen." (Lucas 8:21)
Pues no somos como muchos, que comercian (corrompen) la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, hablamos en Cristo delante de Dios. (2 Corintios 2:17)
Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. (1 Pedro 1:23)
El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga Mi palabra, que hable Mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?" declara el SEÑOR. (Jeremías 23:28)
Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen. (1 Tesalonicenses 2:13)
pues hemos oído de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por (hacia) todos los santos, (Colosenses 1:4)
Además les decía: "Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará. (Marcus 4:24)
Aquél, pues, que les suministra el Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe? (Gálatas 3:5)
La parábola es ésta: la semilla es la palabra de Dios. (Lucas 8:11)
En el ejercicio de Su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas. (Santiago 1:18)
¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (Romanos 10:14)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. (2 Tesalonicenses 2:13)
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del Judío primeramente y también del Griego. (Romanos 1:16)
Esto es lo único que quiero averiguar (aprender) de ustedes ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la Ley, o por el oír con fe? (Gálatas 3:2)