Teniendo así un gran afecto por ustedes, nos hemos complacido en impartirles no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas, pues llegaron a ser muy amados para nosotros.
(1 Tesalonicenses 2:8)Porque recuerdan, hermanos, nuestros trabajos y fatigas, cómo, trabajando de día y de noche para no ser carga a ninguno de ustedes, les proclamamos el evangelio de Dios.
(1 Tesalonicenses 2:9)Ustedes son testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos (nos hicimos) con ustedes los creyentes.
(1 Tesalonicenses 2:10)Saben además de qué manera los exhortábamos, alentábamos e implorábamos (testificábamos) a cada uno de ustedes, como un padre lo haría con sus propios hijos,
para que anduvieran como es digno del Dios que los ha llamado a Su reino y a Su gloria.
(1 Tesalonicenses 2:12)Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.
(1 Tesalonicenses 2:13)Pues ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también ustedes padecieron los mismos sufrimientos a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos padecieron a manos de los Judíos.
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1 Tesalonicenses 2:11 - Referencia Cruzada
Por lo demás, hermanos, les rogamos, y les exhortamos en el Señor Jesús, que tal como han recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que deben andar (se deben conducir) y agradar a Dios, como de hecho ya andan, así abunden en ello más y más.
(1 Tesalonicenses 4:1)Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, Y tu corazón guarde mis mandamientos,
(Proverbios 3:1)A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.
(1 Timoteo 6:17)Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no anden así como andan también los Gentiles (paganos), en la vanidad de su mente.
(Efesios 4:17)Asimismo, exhorta a los jóvenes a que sean prudentes.
(Tito 2:6)Más bien demostramos ser benignos entre ustedes, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos.
(1 Tesalonicenses 2:7)Ahora pues, hijo mío, el SEÑOR sea contigo para que prosperes y edifiques la casa del SEÑOR tu Dios tal como El ha hablado de ti.
(1 Crónicas 22:11)Les ruego, hermanos, que soporten la palabra de exhortación, pues les he escrito brevemente.
(Hebreos 13:22)Te encargo solemnemente en la presencia de Dios y de Cristo Jesús y de Sus ángeles escogidos, que conserves estos principios sin prejuicios, no haciendo nada con espíritu de parcialidad.
(1 Timoteo 5:21)Hijo mío, si recibes mis palabras Y atesoras mis mandamientos dentro de ti,
(Proverbios 2:1)Oigan, hijos, la instrucción de un padre, Y presten atención para que ganen entendimiento,
(Proverbios 4:1)Pero encarga a Josué, y anímalo y fortalécelo, porque él pasará a la cabeza de este pueblo, y él les dará por heredad la tierra que tú verás.'
(Deuteronomio 3:28)Y después de recorrer aquellas regiones y de haberlos exhortado mucho, llegó a Grecia.
(Hechos 20:2)Hijo mío, si has salido fiador por tu prójimo, Si has dado promesa a un extraño,
(Proverbios 6:1)Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,
(1 Timoteo 6:13)Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos en todo, que sean complacientes, no contradiciendo,
(Tito 2:9)Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.
(Tito 2:15)Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "El tiempo de tu muerte está cerca; llama a Josué y preséntense en la tienda de reunión para que Yo le dé mis órdenes." Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión.
(Deuteronomio 31:14)Hijo mío, no andes en el camino con ellos. Aparta tu pie de su senda,
(Proverbios 1:15)A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo, que trabajando tranquilamente, coman su propio pan.
(2 Tesalonicenses 3:12)En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino te encargo solemnemente:
(2 Timoteo 4:1)Entonces David dijo a su hijo Salomón: "Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, está contigo. El no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del SEÑOR sea acabada.
(1 Crónicas 28:20)Y los que tienen amos que son creyentes, no les falten el respeto, porque son hermanos, sino sírvanles aún mejor, ya que son creyentes y amados los que se benefician de su servicio. Enseña y predica estos principios.
(1 Timoteo 6:2)No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a hijos míos amados.
(1 Corintios 4:14)y haz que se ponga delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación, e impártele autoridad a la vista de ellos.
(Números 27:19)En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, El te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, El te rechazará para siempre.
(1 Crónicas 28:9)Hijo mío, guarda mis palabras Y atesora mis mandamientos contigo.
(Proverbios 7:1)Por tanto, confórtense (aliéntense) los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo.
(1 Tesalonicenses 5:11)Entonces enviaron un mensaje a José, diciendo: "Tu padre mandó a decir antes de morir:
(Génesis 50:16)Vengan, hijos, escúchenme; Les enseñaré el temor del SEÑOR.
(Salmos 34:11)Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, Inclina tu oído a mi prudencia,
(Proverbios 5:1)Ordena también estas cosas, para que sean irreprochables.
(1 Timoteo 5:7)Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, No consientas.
(Proverbios 1:10)Ahora pues, hijos míos, escúchenme, Y presten atención a las palabras de mi boca.
(Proverbios 7:24)