Nueva Biblia Latinoamericana
Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, (1 Tesalonicenses 1:9)
y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. (1 Tesalonicenses 1:10)
Porque ustedes mismos saben, hermanos, que nuestra visita a ustedes no fue en vano, (1 Tesalonicenses 2:1)
sino que después de haber sufrido y sido maltratados en Filipos, como saben, tuvimos el valor, confiados en nuestro Dios, de hablarles el evangelio (las buenas nuevas) de Dios en medio de mucha oposición (de mucho conflicto).
Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño, (1 Tesalonicenses 2:3)
sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. (1 Tesalonicenses 2:4)
Porque como saben, nunca fuimos a ustedes con palabras lisonjeras, ni con pretexto para sacar provecho. Dios es testigo. (1 Tesalonicenses 2:5)

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1 Tesalonicenses 2:2 - Referencia Cruzada

Y Pablo, entró según su costumbre, y por tres días de reposo discutió con ellos basándose en las Escrituras, (Hechos 17:2)
De allí fuimos a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia Romana ; en esta ciudad nos quedamos por varios días. (Hechos 16:12)
Otros experimentaron insultos y azotes, y hasta cadenas y prisiones. (Hebreos 11:36)
Pero Pablo les dijo: "Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos." (Hechos 16:37)
Pero algunos de la sinagoga llamada de los Libertos (Esclavos Libertados), incluyendo tanto Cireneos como Alejandrinos, y algunos de Cilicia y de Asia (provincia occidental de Asia Menor), se levantaron y discutían con Esteban. (Hechos 6:9)
porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos. (1 Tesalonicenses 1:5)
Porque quiero que sepan qué gran lucha tengo por ustedes y por los que están en Laodicea, y por todos los que no me han visto en persona. (Colosenses 2:1)
Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos. (Judas 1:3)
Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio. (Filipenses 1:27)
La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas. (Hechos 16:22)
Algunos que llegaron de Judea enseñaban a los hermanos: "Si no se circuncidan conforme al rito de Moisés, no pueden ser salvos." (Hechos 15:1)
Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús. (Hechos 4:13)
Oren también por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, (Efesios 6:19)
Porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:20)
Los apóstoles, pues, salieron de la presencia del Concilio (Sanedrín), regocijándose de que hubieran sido considerados dignos de sufrir afrenta por Su Nombre. (Hechos 5:41)
Así que discutía en la sinagoga con los Judíos y con los Gentiles temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes. (Hechos 17:17)
o a los gobernadores como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. (1 Pedro 2:14)
Por lo cual también sufro estas cosas, pero no me avergüenzo. Porque yo sé en quién he creído, y estoy convencido de que El es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día. (2 Timoteo 1:12)
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Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor. (Hechos 4:31)
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puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:2)