Nueva Biblia Latinoamericana
Y los discípulos estaban continuamente llenos de gozo y del Espíritu Santo. (Hechos 13:52)
Cuando Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga de los Judíos en Iconio, hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de Judíos como de Griegos. (Hechos 14:1)
Pero los Judíos que no creyeron, excitaron y llenaron de odio los ánimos (las almas) de los Gentiles contra los hermanos. (Hechos 14:2)
Con todo, se detuvieron allí mucho tiempo hablando valientemente, confiados en el Señor que confirmaba la palabra de Su gracia, concediendo que se hicieran señales (milagros) y prodigios por medio de sus manos.
Pero la gente de la ciudad estaba dividida, y unos estaban con los Judíos y otros con los apóstoles. (Hechos 14:4)
Cuando los Gentiles y los Judíos, con sus gobernantes, prepararon un atentado para maltratarlos y apedrearlos, (Hechos 14:5)
los apóstoles se dieron cuenta de ello y huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra, Derbe, y sus alrededores; (Hechos 14:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 14:3":

Dr. Roberto Miranda
La estrategia evangelística de Pablo
Un análisis del primer sermón evangelístico de Pablo en Hechos 13 y la importancia de presentar a Jesús como la culminación de la historia y usar la propia vida y cultura para compartir el Evangelio.


Dr. Roberto Miranda
Como razonar cuando no sabemos la voluntad de Dios
El pastor Roberto Miranda habla sobre cómo tomar decisiones importantes en la vida cuando no hay una palabra clara de Dios al respecto, destacando la importancia de usar la Biblia, la iluminación del Espíritu Santo, el razonamiento humano, el diálogo de la comunidad de fe, las circunstancias y el sentido común para tomar decisiones sabias y maduras. Además, se menciona el ejemplo de los Apóstoles en la controversia teológica sobre los gentiles y la ley de Moisés en la iglesia primitiva.


Hechos 14:3 - Referencia Cruzada

Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del Judío primeramente y también del Griego. (Romanos 1:16)
Ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza, (Hechos 4:29)
Dios testificó junto con ellos, tanto por señales como por prodigios, y por diversos milagros y por dones repartidos del Espíritu Santo según Su propia voluntad. (Hebreos 2:4)
Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales (muchos milagros) y prodigios entre el pueblo; y acostumbraban a estar todos de común acuerdo en el pórtico de Salomón. (Hechos 5:12)
Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: "Era necesario que la palabra de Dios les fuera predicada primeramente a ustedes; pero ya que la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, así que ahora nos volvemos a los Gentiles. (Hechos 13:46)
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)
Y nosotros somos testigos (de El) de estas cosas; y también el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que Le obedecen." (Hechos 5:32)
Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre ustedes con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio de ustedes a través de El, tal como ustedes mismos saben. (Hechos 2:22)
Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Efesios 6:18)
Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna. (Marcus 16:20)
Por medio de una visión durante la noche, el Señor dijo a Pablo: "No temas, sigue hablando y no calles; (Hechos 18:9)
Jesús entonces le dijo: "Si ustedes no ven señales (milagros) y prodigios, no creerán." (Juan 4:48)
Pero me quedaré en Efeso hasta Pentecostés, (1 Corintios 16:8)
sino que después de haber sufrido y sido maltratados en Filipos, como saben, tuvimos el valor, confiados en nuestro Dios, de hablarles el evangelio (las buenas nuevas) de Dios en medio de mucha oposición (de mucho conflicto). (1 Tesalonicenses 2:2)
Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos. (Hechos 19:10)
Ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de Su gracia, que es poderosa para edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados. (Hechos 20:32)