Nueva Biblia Latinoamericana
que nuestras doce tribus esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día. Y por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los Judíos. (Hechos 26:7)
¿Por qué se considera increíble entre ustedes que Dios resucite a los muertos? (Hechos 26:8)
Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret. (Hechos 26:9)
Esto es precisamente lo que hice en Jerusalén. No sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo añadía mi voto.
Castigándolos con frecuencia en todas las sinagogas, procuraba obligarlos a blasfemar, y enfurecido contra ellos, seguía persiguiéndolos aun hasta en las ciudades extranjeras. (Hechos 26:11)
Ocupado en esto, cuando iba para Damasco con autoridad y comisión de los principales sacerdotes, (Hechos 26:12)
al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que resplandecía alrededor mío y de los que viajaban conmigo. (Hechos 26:13)

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Hechos 26:10 - Referencia Cruzada

Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le temían, no creyendo que era discípulo. (Hechos 9:26)
Y Saulo (Pablo) estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. (Hechos 8:1)
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por (mediante) la voluntad de Dios: A los santos que están en Efeso y que son fieles en Cristo Jesús: (Efesios 1:1)
Entonces yo dije: 'Señor, ellos saben bien que en las sinagogas, una tras otra, yo encarcelaba y azotaba a los que creían en Ti. (Hechos 22:19)
Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. (1 Corintios 15:9)
Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel. (Hechos 8:3)
Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el Judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla. (Gálatas 1:13)
Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: "¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?" (Hechos 9:21)
El le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos (los creyentes) y a las viudas, la presentó viva. (Hechos 9:41)
Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla, me asombré grandemente. (Apocalipsis 17:6)
Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo). (Hechos 7:58)
Mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos que vivían en Lida. (Hechos 9:32)
Pero ahora voy a Jerusalén para el servicio de los santos, (Romanos 15:25)
Perseguí este Camino hasta la muerte, encadenando y echando en cárceles tanto a hombres como a mujeres, (Hechos 22:4)
Pero Ananías respondió: "Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a Tus santos en Jerusalén, (Hechos 9:13)
En cuanto a los santos que están en la tierra, Ellos son los nobles en quienes está toda mi delicia. (Salmos 16:3)
Saulo (Pablo), respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, (Hechos 9:1)