Nueva Biblia Latinoamericana
Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret. (Hechos 26:9)
Esto es precisamente lo que hice en Jerusalén. No sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo añadía mi voto. (Hechos 26:10)
Castigándolos con frecuencia en todas las sinagogas, procuraba obligarlos a blasfemar, y enfurecido contra ellos, seguía persiguiéndolos aun hasta en las ciudades extranjeras. (Hechos 26:11)
Ocupado en esto, cuando iba para Damasco con autoridad y comisión de los principales sacerdotes,
al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que resplandecía alrededor mío y de los que viajaban conmigo. (Hechos 26:13)
Después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma Hebreo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.' (Hechos 26:14)
Yo entonces dije: '¿Quién eres, Señor?' Y el Señor dijo: 'Yo soy Jesús a quien tú persigues. (Hechos 26:15)

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Hechos 26:12 - Referencia Cruzada

de lo cual pueden testificar el sumo sacerdote y todo el Concilio (Sanedrín) de los ancianos. De ellos recibí cartas para los hermanos (Judíos), y me puse en marcha para Damasco con el fin de traer presos a Jerusalén también a los (creyentes) que estaban allá, para que fueran castigados. (Hechos 22:5)
¿Puede ser aliado Tuyo un trono de destrucción, Que planea el mal por decreto? (Salmos 94:20)
Esto es precisamente lo que hice en Jerusalén. No sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo añadía mi voto. (Hechos 26:10)
El SEÑOR te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para estar encargado en la casa del SEÑOR de todo loco que profetice, a fin de que lo pongas en el cepo y la argolla. (Jeremías 29:26)
Entonces los guardias vinieron a los principales sacerdotes y Fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no Lo trajeron?" (Juan 7:45)
Y ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su sello y envió las cartas a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot. (1 Reyes 21:8)
Saulo (Pablo), respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, (Hechos 9:1)
¡Ay de los que decretan estatutos inicuos, Y de los que constantemente escriben decisiones injustas, (Isaías 10:1)
Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que el SEÑOR le había mandado que hablara a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, diciendo: "De cierto, morirás. (Jeremías 26:8)
Y los principales sacerdotes y los Fariseos habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que Lo prendieran. (Juan 11:57)