Nueva Biblia Latinoamericana
Cayendo de rodillas, clamó en alta voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado." Habiendo dicho esto, durmió (expiró). (Hechos 7:60)
Y Saulo (Pablo) estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. (Hechos 8:1)
Algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban y lloraron a gran voz por él. (Hechos 8:2)
Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel.
Así que los que habían sido esparcidos iban predicando (anunciando las buenas nuevas de) la palabra. (Hechos 8:4)
Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo (el Mesías). (Hechos 8:5)
Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales (los milagros) que hacía. (Hechos 8:6)

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Hechos 8:3 - Referencia Cruzada

Saulo (Pablo), respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, (Hechos 9:1)
Pero ustedes han despreciado al pobre. ¿No son los ricos los que los oprimen y personalmente los arrastran a los tribunales? (Santiago 2:6)
Entonces yo dije: 'Señor, ellos saben bien que en las sinagogas, una tras otra, yo encarcelaba y azotaba a los que creían en Ti. (Hechos 22:19)
aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad. (1 Timoteo 1:13)
Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el Judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla. (Gálatas 1:13)
en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, hallado irreprensible. (Filipenses 3:6)
Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males en contra del nombre de Jesús de Nazaret. (Hechos 26:9)
Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo). (Hechos 7:58)
Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. (1 Corintios 15:9)
Yo soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios como todos ustedes lo son hoy. (Hechos 22:3)
Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: "¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?" (Hechos 9:21)