Y vino a mí la palabra del SEÑOR: (Jeremías 1:4)

Antes que Yo te formara en el seno materno, te conocí, Y antes que nacieras, te consagré; Te puse por profeta a las naciones." (Jeremías 1:5)

Entonces dije: "¡Ah, Señor DIOS! No sé hablar, Porque soy joven." (Jeremías 1:6)

Pero el SEÑOR me dijo: "No digas: 'Soy joven,' Porque adondequiera que te envíe, irás, Y todo lo que te mande, dirás.

No tengas temor ante ellos, Porque contigo estoy para librarte," declara el SEÑOR. (Jeremías 1:8)

Entonces el SEÑOR extendió Su mano y tocó mi boca. Y el SEÑOR me dijo: "Yo he puesto Mis palabras en tu boca. (Jeremías 1:9)

Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, Para arrancar y para derribar, Para destruir y para derrocar, Para edificar y para plantar." (Jeremías 1:10)

Otras publicaciones relacionadas con "Jeremías 1:7":

Nuestra palabra no regresará vacía
Artículo sobre la importancia de hablar por Dios y alimentar a otros con sus palabras, basado en la historia de Jeremías como siervo especial de Dios.

El poder de la Palabra profética
En este sermón se discuten la importancia de la declaración profética y cómo puede activar el poder de Dios en nuestras vidas, así como el uso de las armas de Dios y la confesión positiva en lugar de establecer yugos desiguales. La boca de un creyente lleno del Espíritu Santo se convierte en una herramienta poderosa para abrir y cerrar, atar y desatar, derribar y edificar.

Jeremías 1:7 - Referencia Cruzada

pues no rehuí declararles todo el propósito de Dios. (Hechos 20:27)

Pero Micaías le contestó: "Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré." (2 Crónicas 18:13)

Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte. (Ezequiel 3:17)

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Mira, Yo te hago como Dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. (Éxodo 7:1)

Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. (Marcus 16:15)

Pero cuando Yo te hable, te abriré la boca, y les dirás: 'Así dice el Señor DIOS.' El que oye, que oiga; el que rehúse oír, que rehúse; porque son una casa rebelde. (Ezequiel 3:27)

Entonces me dijo: "Hijo de hombre, Yo te envío a los Israelitas, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra Mí; ellos y sus padres se han levantado contra Mí hasta este mismo día. (Ezequiel 2:3)

Pero Micaías dijo: "Vive el SEÑOR que lo que el SEÑOR me diga, eso hablaré." (1 Reyes 22:14)

Dios vino a Balaam de noche, y le dijo: "Si los hombres han venido a llamarte, levántate y ve con ellos; pero sólo dirás la palabra que Yo te hable." (Números 22:20)

Balaam respondió a Balac: "Mira, ahora he venido a ti. ¿Hay algo, acaso, que pueda decir? La palabra que Dios ponga en mi boca, ésa diré." (Números 22:38)

Tú, pues, prepárate, Levántate y diles todo lo que Yo te mande. No temas ante ellos, No sea que Yo te infunda temor delante de ellos. (Jeremías 1:17)

enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden (he aquí)! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo." (Mateo 28:20)