Entonces una mujer Cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada."
(Mateo 15:22)Pero El no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, Le rogaban: "Atiéndela, pues viene gritando tras nosotros."
(Mateo 15:23)Y Jesús respondió: "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel."
(Mateo 15:24)Pero acercándose ella, se postró ante El, diciendo: "¡Señor, ayúdame!"
Y El le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos."
(Mateo 15:26)Ella respondió: "Sí, Señor; pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos."
(Mateo 15:27)Entonces Jesús le dijo: "Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas." Y su hija quedó sana desde aquel momento.
(Mateo 15:28)Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 15:25":
Mateo 15:25 - Referencia Cruzada
Muchas veces ese espíritu lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si Tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos."
(Marcus 9:22)Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: "Creo; ayúdame en mi incredulidad."
(Marcus 9:24)Les digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad (insistencia) se levantará y le dará cuanto necesite.
(Lucas 11:8)Entonces el hombre dijo: "Suéltame porque raya el alba." "No te soltaré si no me bendices," le respondió Jacob.
(Génesis 32:26)Sí, luchó con el ángel y prevaleció, Lloró y Le pidió Su ayuda; En Betel (Casa de Dios) Lo encontró, Y allí El habló con nosotros,
(Oseas 12:4)Y se acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: "Señor, si quieres, puedes limpiarme."
(Mateo 8:2)La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún: "¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!"
(Mateo 20:31)Entonces los que estaban en la barca Lo adoraron, diciendo: "En verdad eres Hijo de Dios."
(Mateo 14:33)Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer:
(Lucas 18:1)