Nueva Biblia Latinoamericana
Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre." (Mateo 15:20)
Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. (Mateo 15:21)
Entonces una mujer Cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada." (Mateo 15:22)
Pero El no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, Le rogaban: "Atiéndela, pues viene gritando tras nosotros."
Y Jesús respondió: "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel." (Mateo 15:24)
Pero acercándose ella, se postró ante El, diciendo: "¡Señor, ayúdame!" (Mateo 15:25)
Y El le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos." (Mateo 15:26)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 15:23":

Dr. Roberto Miranda
Tenemos que salir de nuestra zona de comfort
El artículo habla sobre la historia de la mujer cirofenicia en la Biblia y cómo su fe y valentía cambiaron la agenda de Dios. También se destaca la importancia de persistir en la oración y usar argumentos legales para amarrar a Dios en nuestras peticiones. La historia demuestra que Dios puede responder a aquellos que claman a él, incluso si parecen estar lejos de su voluntad.


Omar Soto
Fe persistente (Mateo 15)
En Mateo 15:21-28, se relata la historia de una mujer gentil que busca la ayuda de Jesús para sanar a su hija. A pesar de inicialmente negarse, la mujer persiste y demuestra una gran fe hasta que Jesús la reconoce y sana a su hija. La historia demuestra la importancia de la fe persistente y dejarla como una herencia para aquellos que vienen después de nosotros. Además, se destaca la importancia de la oración y el crecimiento espiritual en nuestra relación con Dios.


Mateo 15:23 - Referencia Cruzada

Aun cuando clamo y pido auxilio, El cierra el paso a mi oración. (Lamentaciones 3:8)
Salmo de David. A Ti clamo, oh SEÑOR; Roca mía, no seas sordo para conmigo, No sea que si guardas silencio hacia mí, Venga a ser semejante a los que descienden a la fosa. (Salmos 28:1)
Al ver José a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: "¿De dónde han venido?" "De la tierra de Canaán para comprar alimentos," le respondieron ellos. (Génesis 42:7)
Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" (Marcus 10:47)
Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no Sus mandamientos. (Deuteronomio 8:2)
Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: "El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos." (Mateo 14:15)