Nueva Biblia Latinoamericana
Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: "¡Señor, sálvame!" (Mateo 14:30)
Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?" (Mateo 14:31)
Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. (Mateo 14:32)
Entonces los que estaban en la barca Lo adoraron, diciendo: "En verdad eres Hijo de Dios."
Terminada la travesía, bajaron a tierra en Genesaret. (Mateo 14:34)
Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron a decirlo por toda aquella región de alrededor y Le trajeron todos los que tenían algún mal. (Mateo 14:35)
Y Le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados. (Mateo 14:36)

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Mateo 14:33 - Referencia Cruzada

Pero acercándose ella, se postró ante El, diciendo: "¡Señor, ayúdame!" (Mateo 15:25)
Pero El se quedó callado y nada respondía. Le volvió a preguntar el sumo sacerdote: "¿Eres Tú el Cristo (el Mesías), el Hijo del Bendito?" (Marcus 14:61)
Los Judíos le respondieron: "Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser el Hijo de Dios." (Juan 19:7)
Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: "Ahí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?" (Hechos 8:36)
Y acercándose el tentador, Le dijo: "Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan." (Mateo 4:3)
Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR Que me dijo: 'Mi Hijo eres Tú, Yo Te he engendrado hoy. (Salmos 2:7)
Cuando Lo vieron, Lo adoraron; pero algunos dudaron. (Mateo 28:17)
Ellos, después de adorar a Jesús, regresaron a Jerusalén con gran gozo, (Lucas 24:52)
De repente Jesús les salió al encuentro, diciendo: "¡Saludos!" Y ellas, acercándose, abrazaron Sus pies y Lo adoraron. (Mateo 28:9)
Viendo el centurión que estaba frente a El, la manera en que expiró, dijo: "En verdad este hombre era Hijo de Dios." (Marcus 15:39)
Principio del evangelio (de las buenas nuevas) de Jesucristo (Jesús) el Mesías, Hijo de Dios. (Marcus 1:1)
Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel," respondió Natanael. (Juan 1:49)
Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: "¿Qué tienes Tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes." (Lucas 8:28)
Ella Le dijo: "Sí, Señor; yo he creído que Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios, o sea, el que viene al mundo." (Juan 11:27)
Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del Hombre?" (Juan 9:35)
El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: "En verdad éste era Hijo de Dios." (Mateo 27:54)
Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: "Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te glorifique a Ti, (Juan 17:1)
y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 1:4)
¡Miren!" respondió el rey. "Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses." (Daniel 3:25)
EN DIOS CONFIA; QUE Lo LIBRE ahora SI EL LO QUIERE; porque ha dicho: 'Yo soy el Hijo de Dios.'" (Mateo 27:43)
Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios." (Juan 6:69)
También de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que El era el Cristo (el Mesías). (Lucas 4:41)
Simón Pedro respondió: "Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo del Dios viviente." (Mateo 16:16)
Pero Jesús se quedó callado. Y el sumo sacerdote Le dijo: "Te ordeno por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios." (Mateo 26:63)
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: "Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a El." (Mateo 17:5)