Nueva Biblia Latinoamericana
Hasta que el SEÑOR mire Y vea desde los cielos. (Lamentaciones 3:50)
Mis ojos traen dolor a mi alma Por todas las hijas de mi ciudad. (Lamentaciones 3:51)
Mis enemigos, sin haber causa, Constantemente me han dado caza como a un ave. (Lamentaciones 3:52)
Silenciaron mi vida en la fosa, Pusieron piedra sobre mí.
Cubrieron las aguas mi cabeza, Dije: "¡Estoy perdido!" (Lamentaciones 3:54)
Invoqué Tu nombre, oh SEÑOR, Desde la fosa más profunda. (Lamentaciones 3:55)
Tú oíste mi voz: "No escondas Tu oído a mi clamor, a mi grito de auxilio." (Lamentaciones 3:56)

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Lamentaciones 3:53 - Referencia Cruzada

y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. (Mateo 27:60)
Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia, sellaron la piedra. (Mateo 27:66)
Entonces ellos tomaron a Jeremías, y bajándolo con cuerdas lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia. En la cisterna no había agua, sino lodo, así que Jeremías se hundió en el lodo. (Jeremías 38:6)
Trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso. El rey la selló con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto a Daniel. (Daniel 6:17)
Entró, pues, Jeremías en el calabozo, es decir, en la celda abovedada; y allí permaneció Jeremías muchos días. (Jeremías 37:16)
Pero ahora, le ruego que escuche, oh rey mi señor; venga ahora mi súplica delante de usted, y no me haga volver a la casa del escriba Jonatán, no sea que yo muera allí." (Jeremías 37:20)
Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna. El morirá donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad." (Jeremías 38:9)