Nueva Biblia Latinoamericana
Así dice el SEÑOR: 'Ciertamente esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, y él la tomará.'" (Jeremías 38:3)
Entonces dijeron los oficiales al rey: "Den muerte ahora a este hombre, porque él desanima a los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo diciéndoles tales palabras. Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal." (Jeremías 38:4)
El rey Sedequías dijo: "El está en sus manos; pues el rey nada puede hacer contra ustedes." (Jeremías 38:5)
Entonces ellos tomaron a Jeremías, y bajándolo con cuerdas lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia. En la cisterna no había agua, sino lodo, así que Jeremías se hundió en el lodo.
Ebed Melec el Etíope, eunuco del palacio del rey, oyó que habían echado a Jeremías en la cisterna. Estando el rey sentado a la Puerta de Benjamín, (Jeremías 38:7)
salió Ebed Melec del palacio real y habló al rey y le dijo: (Jeremías 38:8)
Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna. El morirá donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad." (Jeremías 38:9)

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Jeremías 38:6 - Referencia Cruzada

Lo tomaron y lo echaron en el pozo. El pozo estaba vacío, no había agua en él. (Génesis 37:24)
Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y le dieran una torta de pan al día de la calle de los panaderos, hasta que se acabara todo el pan en la ciudad. Así que Jeremías permaneció en el patio de la guardia. (Jeremías 37:21)
Porque ustedes tienen necesidad de paciencia (perseverancia), para que cuando hayan hecho la voluntad de Dios, obtengan la promesa. (Hebreos 10:36)
Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; (2 Corintios 4:8)
Entró, pues, Jeremías en el calabozo, es decir, en la celda abovedada; y allí permaneció Jeremías muchos días. (Jeremías 37:16)
Así me han pagado mal por bien, Y odio por mi amor. (Salmos 109:5)
Pero Herodes (Antipas) el tetrarca (de Galilea), siendo reprendido por él por causa de Herodías, mujer de su hermano (Felipe), y por todas las maldades que Herodes había hecho, (Lucas 3:19)
Ebed Melec tomó a los hombres bajo su mando, entró en el palacio del rey al lugar debajo del cuarto del tesoro y tomó de allí ropas raídas y trapos viejos, y con sogas los bajó a Jeremías en la cisterna. (Jeremías 38:11)
Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió. (Jeremías 36:26)
Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. (Salmos 40:2)
Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá, serán llevadas a los oficiales del rey de Babilonia, y ellas dirán: "Te han engañado y han prevalecido contra ti; Tus buenos amigos, Mientras tus pies estaban hundidos en el lodo, Se volvieron atrás." (Jeremías 38:22)
el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo. (Hechos 16:24)
En cuanto a ti, por la sangre de Mi pacto contigo, He librado a tus cautivos de la cisterna En la que no hay agua. (Zacarías 9:11)
Me he hundido en cieno profundo, y no hay donde apoyar el pie; He llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me cubre. (Salmos 69:2)
Mis enemigos, sin haber causa, Constantemente me han dado caza como a un ave. (Lamentaciones 3:52)
Sácame del cieno y no dejes que me hunda; Sea yo librado de los que me odian, y de lo profundo de las aguas. (Salmos 69:14)