Nueva Biblia Latinoamericana
Arroyos de lágrimas derraman mis ojos A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén). (Lamentaciones 3:48)
Mis ojos fluyen sin cesar, Ya que no hay descanso (Lamentaciones 3:49)
Hasta que el SEÑOR mire Y vea desde los cielos. (Lamentaciones 3:50)
Mis ojos traen dolor a mi alma Por todas las hijas de mi ciudad.
Mis enemigos, sin haber causa, Constantemente me han dado caza como a un ave. (Lamentaciones 3:52)
Silenciaron mi vida en la fosa, Pusieron piedra sobre mí. (Lamentaciones 3:53)
Cubrieron las aguas mi cabeza, Dije: "¡Estoy perdido!" (Lamentaciones 3:54)

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Lamentaciones 3:51 - Referencia Cruzada

Pues, ¿cómo subiré a mi padre no estando el muchacho conmigo, sin que yo vea el mal que sobrevendrá a mi padre?" (Génesis 44:34)
También el pueblo a quien profetizan estará tirado por las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada. No habrá quien los entierre a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas, pues derramaré sobre ellos su maldad. (Jeremías 14:16)
Violaron a las mujeres en Sion, A las vírgenes en las ciudades de Judá. (Lamentaciones 5:11)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
El SEÑOR es justo, Pues me he rebelado contra Su mandamiento. Oigan ahora, pueblos todos, Y vean mi dolor: Mis vírgenes y mis jóvenes Han ido al cautiverio. (Lamentaciones 1:18)
Así, pues, dice el SEÑOR de los ejércitos: "Voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a espada, sus hijos e hijas morirán de hambre, (Jeremías 11:22)
Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, vieron que había sido quemada; y que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos. (1 Samuel 30:3)
Yacen por tierra en las calles Jóvenes y ancianos; Mis vírgenes y mis mancebos Han caído a espada. Has matado en el día de Tu ira, Has hecho matanza, no has perdonado. (Lamentaciones 2:21)
Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su prójimo durante el sitio y en la aflicción con que los afligirán sus enemigos y los que buscan su vida."' (Jeremías 19:9)
Si salgo al campo, Veo muertos a espada; Y si entro en la ciudad, Hay enfermedades por el hambre. Porque tanto el profeta como el sacerdote Andan errantes en una tierra que no conocen.'" (Jeremías 14:18)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)