Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. (Éxodo 19:7)
Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: "Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho." Y Moisés llevó al SEÑOR las palabras del pueblo. (Éxodo 19:8)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando Yo hable contigo y también te crean para siempre." Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras del SEÑOR. (Éxodo 19:9)
El SEÑOR dijo también a Moisés: "Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos.
Que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el SEÑOR descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el Monte Sinaí. (Éxodo 19:11)
Pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: 'De ningún modo suban al monte o toquen su límite. Cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. (Éxodo 19:12)
Ninguna mano lo tocará, sino que morirá apedreado o a flechazos. Sea animal o sea hombre, no vivirá.' Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte." (Éxodo 19:13)

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Éxodo 19:10 - Referencia Cruzada

Además, cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer; (Levítico 15:5)
Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios 6:11)
Cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: "Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones." Job siempre hacía así. (Job 1:5)
acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. (Hebreos 10:22)
Levántate, consagra al pueblo y di: 'Conságrense para mañana, porque así ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: "Hay anatema en medio de ti, oh Israel. No podrás hacer frente a tus enemigos hasta que quiten el anatema de en medio de ustedes." (Josué 7:13)
Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los Levitas los ayudaron hasta que se acabó la obra y hasta que los otros sacerdotes se hubieron santificado. Porque los Levitas fueron más cuidadosos para santificarse que los sacerdotes. (2 Crónicas 29:34)
Porque había muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los Levitas estaban encargados de la matanza de los corderos de la Pascua por todos los que estaban inmundos, para santificarlos al SEÑOR. (2 Crónicas 30:17)
Entonces Josué dijo al pueblo: "Conságrense, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre ustedes." (Josué 3:5)
y todo el que levante parte de sus cadáveres lavará sus vestidos y quedará inmundo hasta el atardecer. (Levítico 11:25)
Porque Yo soy el SEÑOR su Dios. Por tanto, conságrense y sean santos, porque Yo soy santo. No se contaminen, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra. (Levítico 11:44)
Josué estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. (Zacarías 3:3)
Y en el séptimo día lavarán su ropa y serán limpios; después podrán entrar al campamento." (Números 31:24)
Y él respondió: "En paz. He venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR. Conságrense y vengan conmigo al sacrificio." Samuel consagró también a Isaí y a sus hijos y los invitó al sacrificio. (1 Samuel 16:5)
Así harás con ellos para su purificación: rociarás sobre ellos agua purificadora, y que ellos hagan pasar una navaja sobre todo su cuerpo, laven sus ropas y quedarán purificados. (Números 8:7)
Los Levitas se purificaron a sí mismos de pecados, y lavaron sus ropas; y Aarón los presentó como ofrenda mecida delante del SEÑOR. También Aarón hizo expiación por ellos para purificarlos. (Números 8:21)
Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo. Después ellos lavaron sus vestidos. (Éxodo 19:14)
Y Jacob dijo a los de su casa y a todos los que estaban con él: "Quiten los dioses extranjeros que hay entre ustedes. Purifíquense y cámbiense los vestidos. (Génesis 35:2)
Entonces les dijo: "Oiganme, Levitas. Santifíquense ahora, y santifiquen la casa del SEÑOR, Dios de sus padres, y saquen lo inmundo del lugar santo. (2 Crónicas 29:5)
Y le respondí: "Señor mío, usted lo sabe." Y él me dijo: "Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. (Apocalipsis 7:14)