Hazlo como Moisés y entrega tu vara a Dios
Mercedes López-Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
El servicio es la forma principal en que podemos demostrarle nuestro amor sincero a Dios. Cada uno de nosotros ha recibido el llamado a colaborar en su Reino aquí en la Tierra, independientemente de nuestra edad o pasado. Dios nos conoce por dentro y por fuera y sabe lo que ha depositado en cada uno de nosotros. Moisés es un ejemplo de cómo Dios puede utilizar a personas ordinarias para su gloria. En Éxodo 3, Dios llama a Moisés para liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Moisés responde con un corazón dispuesto y comprometido. Dios siempre está al tanto de nuestras necesidades y debemos esperar en Él para que nos guíe y nos dé la sabiduría que necesitamos. Dios determinó que Moisés fuera la respuesta a la necesidad de su pueblo y nos llama a nosotros también para colaborar en su obra en la Tierra.
En Éxodo 3, Dios llama a Moisés para liderar a su pueblo fuera de Egipto, pero Moisés se siente descalificado y hace excusas. Dios le promete que Él estará con él y que Él es quien capacita para hacer la obra que Él ha llamado a hacer. A menudo, nos enfocamos en nuestras limitaciones y nos sentimos indignos del llamado de Dios. Pero Dios no desperdicia nada y Él puede usar incluso nuestras experiencias más vergonzosas para su gloria. Debemos confiar en Él y ser obedientes a su llamado, sabiendo que Él está con nosotros y nos capacita para hacer su obra.
En Éxodo 3:12, Dios le promete a Moisés que estará con él en su llamado. Sin embargo, Moisés todavía no está convencido y expresa su resistencia y excusas cuatro veces más. Es común que detrás de un llamado se asomen inseguridades y temores, así como asuntos emocionales no resueltos. Si ya estamos sirviendo y vienen dificultades en el ministerio, podemos quedarnos enanos y salir huyendo o someternos al proceso de crecimiento de Dios en nuestras áreas de necesidad. En Éxodo 3 y 4 se registran las excusas de Moisés y cómo Dios le responde y le da consolación. Dios no llama al capacitado, sino que capacita al llamado. A pesar de un comienzo frágil, Moisés fue creciendo en fe y decidió abrazar el llamado de Dios para su vida. En Éxodo 4:20, Moisés toma la vara de Dios en su mano, simbolizando que ya no es la vara de Moisés sino la de Dios. Dios sabe que tú eres su respuesta a una necesidad, así que no subestimes tu llamado, ya que en el Reino de Dios no hay tal cosa como llamados pequeños o grandes.
No subestimes lo que parece un llamado pequeño. Abraza tu llamado y pregúntale a Dios qué es lo que Él quiere que hagas. Recuerda que lo más importante es lo que somos y no lo que hacemos. Entrega tu vara, lo que representas, a Dios y pídele que la use para su honra y gloria. Pide que en la iglesia se levanten cientos y miles de personas dispuestas a hacer la obra de Dios y que trabajen como un equipo en unidad perfecta delante de Él.La manera principal que nosotros podemos demostrarle nuestro amor sincero al Señor es a través de nuestro servicio. Sirviéndole a Él con un corazón entregado. Cada uno de nosotros se emociona cuando usted le pide algo a alguien y esa persona con tanto gusto y deleite va y hace lo que usted le pide, de acuerdo a la necesidad que usted tiene.
¡Qué hermoso es eso! ¿Verdad? Cuando le decimos a un hijo “Ve por favor, tráeme agua” y ese niñito corre, o ese adolescente corre a la cocina nos trae esa agua, le echa hielito, lo trae en un platito, una servilleta y todo lo demás. Y nos lo entrega con amor.