me hice estanques de aguas para regar el bosque con árboles en pleno crecimiento.
(Eclesiastés 2:6)Compré esclavos y esclavas, y tuve esclavos nacidos en casa. Tuve también ganados, vacas y ovejas, más que todos los que me precedieron en Jerusalén.
(Eclesiastés 2:7)Reuní también plata y oro para mí y el tesoro de los reyes y de las provincias. Me proveí de cantores y cantoras, y de los placeres de los hombres, de muchas concubinas.
(Eclesiastés 2:8)Me engrandecí y superé a todos los que me precedieron en Jerusalén; también la sabiduría permaneció conmigo.
Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué, ni privé a mi corazón de ningún placer, porque mi corazón gozaba de todo mi trabajo. Esta fue la recompensa de toda mi labor.
(Eclesiastés 2:10)Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho y el trabajo en que me había empeñado, y resultó que todo era vanidad y correr tras el viento, y sin provecho bajo el sol.
(Eclesiastés 2:11)Yo volví, pues, a considerar la sabiduría, la locura y la insensatez. Porque ¿qué hará el hombre que venga después del rey sino lo que ya ha sido hecho?
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Eclesiastés 2:9 - Referencia Cruzada
Yo me dije: "Yo he engrandecido y aumentado en sabiduría más que todos los que estuvieron antes de mí sobre Jerusalén; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y conocimiento."
(Eclesiastés 1:16)Pero yo no podía creer lo que me decían, hasta que he venido y mis propios ojos lo han visto. No se me había contado ni la mitad. Usted supera en sabiduría y prosperidad la fama que había oído.
(1 Reyes 10:7)Salomón, hijo de David, se estableció firmemente en su reino, y el SEÑOR su Dios estaba con él y lo engrandeció en gran manera.
(2 Crónicas 1:1)Así el rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría.
(2 Crónicas 9:22)El SEÑOR engrandeció en gran manera a Salomón ante los ojos de todo Israel, y le dio un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey en Israel antes de él.
(1 Crónicas 29:25)he hecho, pues, conforme a tus palabras. Te he dado un corazón sabio y entendido, de modo que no ha habido ninguno como tú antes de ti, ni se levantará ninguno como tú después de ti.
(1 Reyes 3:12)Así el rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría.
(1 Reyes 10:23)