Nueva Biblia Latinoamericana
No sea que me sacie y te niegue, y diga: "¿Quién es el SEÑOR?" O que sea menesteroso y robe, Y profane el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:9)
No hables mal del esclavo ante su amo, No sea que te acuse y seas hallado culpable. (Proverbios 30:10)
Hay gente que maldice a su padre, Y no bendice a su madre. (Proverbios 30:11)
Hay gente que se tiene por pura, Pero no está limpia de su inmundicia.
Hay gente de ojos altivos, Cuyos párpados se alzan en arrogancia. (Proverbios 30:13)
Hay gente cuyos dientes son espadas, Y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, Y a los menesterosos de entre los hombres. (Proverbios 30:14)
La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: "¡Dame!" "¡Dame!" Hay tres cosas que no se saciarán, Y una cuarta que no dirá: "¡Basta!" (Proverbios 30:15)

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Proverbios 30:12 - Referencia Cruzada

Yo soy limpio, sin transgresión; Soy inocente y en mí no hay culpa. (Job 33:9)
Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré. (Ezequiel 36:25)
En aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza. (Zacarías 13:1)
Todos los caminos del hombre son limpios ante sus propios ojos, Pero el SEÑOR sondea los espíritus. (Proverbios 16:2)
Lávame por completo de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. (Salmos 51:2)
Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. (Salmos 51:7)
Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, Para que seas salvada. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti Pensamientos perversos? (Jeremías 4:14)
Pero el Señor le dijo: "Ahora bien, ustedes los Fariseos limpian lo de afuera del vaso y del plato; pero por dentro están llenos de robo y de maldad. (Lucas 11:39)
Entonces Micaía dijo: "Ahora sé que el SEÑOR me prosperará, porque tengo un Levita por sacerdote." (Jueces 17:13)
Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: "¡Bendito seas del SEÑOR! He cumplido el mandamiento del SEÑOR." (1 Samuel 15:13)
Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, Pero el SEÑOR sondea los corazones. (Proverbios 21:2)
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre, (Apocalipsis 1:5)
El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, (Tito 3:5)
Que dice: 'Quédate donde estás, no te acerques a mí, Porque soy más santo que tú.' Estos son humo en Mi nariz, Fuego que arde todo el día. (Isaías 65:5)
Lávense, límpiense, Quiten la maldad de sus obras de delante de Mis ojos. Cesen de hacer el mal. (Isaías 1:16)
Pero si andamos en la Luz, como El está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1:7)
El Fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: 'Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. (Lucas 18:11)
teniendo apariencia de piedad (religión), pero habiendo negado su poder. A los tales evita. (2 Timoteo 3:5)
Porque en sus propios ojos la transgresión le engaña En cuanto a descubrir su iniquidad y aborrecerla. (Salmos 36:2)
Aún dices: 'Soy inocente, Ciertamente Su ira se ha apartado de mí.' Por tanto, entraré en juicio contigo Porque dices: 'No he pecado.' (Jeremías 2:35)
Y Jesús les dijo: "Ustedes son los que se justifican a sí mismos ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones, porque lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios. (Lucas 16:15)
Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corrompidos e incrédulos nada es puro, sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas. (Tito 1:15)
Aunque te laves con lejía Y uses mucho jabón, La mancha de tu iniquidad está aún delante de Mí," declara el Señor DIOS. (Jeremías 2:22)
Y este hombre Micaía tenía un santuario. Hizo un efod e ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote. (Jueces 17:5)
Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios 6:11)