Nueva Biblia Latinoamericana
Te castigará tu propia maldad, Y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo El dejar al SEÑOR tu Dios, Y no tener temor de Mí," declara el Señor, DIOS de los ejércitos. (Jeremías 2:19)
Porque desde hace tiempo rompí tu yugo Y arranqué tus coyundas; Pero dijiste: 'No serviré.' Porque sobre toda colina alta Y bajo todo árbol frondoso Te echabas como ramera. (Jeremías 2:20)
Pero Yo te planté como vid escogida, Toda ella de semilla genuina. ¿Cómo, pues, te has convertido delante de Mí En un sarmiento degenerado de una vid extraña? (Jeremías 2:21)
Aunque te laves con lejía Y uses mucho jabón, La mancha de tu iniquidad está aún delante de Mí," declara el Señor DIOS.
¿Cómo puedes decir: 'No estoy manchada, No me he ido tras los Baales'? Mira tu proceder en el valle, Reconoce lo que has hecho. Eres una camella joven y liviana que enreda sus pasos, (Jeremías 2:23)
Asna montés acostumbrada al desierto, Que en su ardor olfatea el viento. En la época de su celo ¿quién la puede refrenar? Todos los que la busquen, no se tienen que fatigar, En su mes la hallarán. (Jeremías 2:24)
Guarda tus pies de andar descalzos Y tu garganta de la sed. Pero tú dijiste: 'Es en vano. ¡No! Porque amo a los extraños, Y tras ellos andaré.' (Jeremías 2:25)

Otras publicaciones relacionadas con "Jeremías 2:22":

Brandt Gillespie
David grita
El Salmo 51 es un relato sobre el arrepentimiento de David y el perdón divino.


Marta Ramirez
En los peores momentos de la vida Dios habla por segunda vez
El artículo habla sobre la importancia de tener fe en Dios y confiar en sus promesas en momentos difíciles. Se enfoca en la historia de Jeremías y cómo Dios le habló incluso estando en prisión, prometiendo sanidad, restauración y perdón. El autor anima al lector a esperar en Dios y confiar en sus promesas.


Jeremías 2:22 - Referencia Cruzada

Porque Mis ojos están puestos sobre todos sus caminos, que no se Me ocultan, ni su iniquidad está encubierta a Mis ojos. (Jeremías 16:17)
Sellada está en un saco mi transgresión, Y tienes cubierta mi iniquidad. (Job 14:17)
El pecado de Judá está escrito con cincel de hierro, Con punta de diamante está grabado sobre la tabla de su corazón Y en los cuernos de sus altares. (Jeremías 17:1)
Si me lavara con nieve Y limpiara mis manos con lejía, (Job 9:30)
¿No tengo Yo esto guardado conmigo, Sellado en Mis tesoros? (Deuteronomio 32:34)
Has puesto nuestras iniquidades delante de Ti, Nuestros pecados secretos a la luz de Tu presencia. (Salmos 90:8)
SEÑOR, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿Quién, oh Señor, podría permanecer? (Salmos 130:3)
Atada está la iniquidad de Efraín, Guardado su pecado. (Oseas 13:12)
El SEÑOR ha jurado por el orgullo de Jacob: "Ciertamente, nunca me olvidaré de ninguna de sus obras. (Amós 8:7)