Nueva Biblia Latinoamericana
Me deleitaré en Tus mandamientos, Los cuales amo. (Salmos 119:47)
Levantaré mis manos a Tus mandamientos, Los cuales amo, Y meditaré en Tus estatutos. (Salmos 119:48)
Zain. Acuérdate de la palabra dada a Tu siervo, En la cual me has hecho esperar. (Salmos 119:49)
Este es mi consuelo en la aflicción: Que Tu palabra me ha vivificado.
Los soberbios me insultaron en gran manera, Sin embargo, no me he apartado de Tu ley. (Salmos 119:51)
Me acuerdo de Tus ordenanzas antiguas, oh SEÑOR, Y me consuelo. (Salmos 119:52)
Profunda indignación se ha apoderado de mí por causa de los impíos Que abandonan Tu ley. (Salmos 119:53)

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Salmos 119:50 - Referencia Cruzada

Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia (perseverancia) y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. (Romanos 15:4)
Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos. (Jeremías 15:16)
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; En El confía mi corazón, y soy socorrido; Por tanto, mi corazón se regocija, Y Le daré gracias con mi cántico. (Salmos 28:7)
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR En la tierra de los vivientes. (Salmos 27:13)
deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación, (1 Pedro 2:2)
Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí, Tus consuelos deleitan mi alma. (Salmos 94:19)
Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza. Sin embargo, a los que han sido ejercitados (adiestrados) por medio de ella, después les da fruto apacible de justicia. (Hebreos 12:11)
Dálet. Postrada está mi alma en el polvo; Vivifícame conforme a Tu palabra. (Salmos 119:25)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, (1 Pedro 1:3)
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia (perseverancia); (Romanos 5:3)
De día mandará el SEÑOR Su misericordia, Y de noche Su cántico estará conmigo; Elevaré una oración al Dios de mi vida. (Salmos 42:8)
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues Lo he de alabar otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios! (Salmos 42:11)
Y profeticé como El me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército. (Ezequiel 37:10)
En el ejercicio de Su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas. (Santiago 1:18)
Por lo cual Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de Su propósito, interpuso (garantizó) un juramento, (Hebreos 6:17)
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo les he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)