La práctica del perdón
Mercedes López-Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
La práctica del perdón es esencial para mantener y crecer en nuestra salud emocional. Todos necesitamos ser perdonados y perdonar a los demás. El fundamento para perdonar es reconocer que primero fuimos perdonados por Dios. El perdón de Dios es maravilloso y transforma todo en nosotros. Aunque a veces es difícil perdonar, es un mandato de Dios y nuestra obligación es obedecer perdonando a los demás.
Perdonar es difícil, especialmente en situaciones de ofensas serias. La clave es reconocer que somos pecadores con orgullo y egoísmo dentro de nosotros que nos impiden perdonar. No perdonar nos lleva a la amargura y el resentimiento, lo que puede afectar todas las áreas de nuestra vida. A veces, no es posible la reconciliación, pero siempre podemos perdonar en obediencia al Señor. El perdón no es un asunto meramente emocional, sino espiritual con consecuencias espirituales. Debemos entender la diferencia entre perdonar y la reconciliación. Perdonar es necesario para nuestra sanidad emocional y espiritual.
La historia de José, el hijo de Jacob, es un ejemplo de perdón y reconciliación en la familia. José fue vendido como esclavo por sus hermanos debido a la preferencia que su padre mostraba hacia él. Sin embargo, Dios lo protegió y lo convirtió en segundo al mando en Egipto. Cuando sus hermanos fueron a Egipto durante una hambruna, José los perdonó y se reconcilió con ellos. Él entendió la necesidad de perdonar y no caer en la amargura o la venganza. Al perdonar, José pudo continuar el cumplimiento de las promesas que Dios había hecho a los patriarcas anteriores y ser un canal de bendición para futuras generaciones. El perdón es un mandato de Dios y puede tener un impacto positivo en la familia y en el futuro. Si alguien tiene dificultad para perdonar, Dios conoce su corazón y ha dado todo lo necesario para que puedan perdonar.
La gracia de Dios está lista para nosotros, solo necesitamos apropiarnos de ella. Debemos tomar la decisión de perdonar y confiar en Dios para que nos ayude a cambiar nuestras emociones. Debemos acercarnos al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Dios nos bendecirá por perdonar y actuar con justicia. En humildad, pedimos la gracia para perdonar a todos los que nos han ofendido y ser obedientes a su mandato. Amén.Roberto ha estado hablando acerca de principios y prácticas que nos ayudan a mantener y a crecer en nuestra salud emocional. Y hoy yo quiero seguir más o menos en esa línea añadiendo una práctica más y es la práctica del perdón. Antes de ser azotados por la palabra yo quiero reconocer que en esta iglesia hay miles, cientos, de testimonios de personas que han practicado precisamente lo que yo voy a comportar en este día, el perdonar.
Yo he sido ministrada por el perdón que yo he visto a ustedes ejercer y dar tan generosamente en sus vidas. Entre nosotros hay personas que han sido traicionados por un esposo, por una esposa, que han sido traicionados por un hijo, personas que han sufrido hijos que han muerto por asesinato de otra persona. Y yo quiero honrarlos a ustedes dejándoles saber que su testimonio es poderoso dentro de este pueblo y que no es pasado por alto. Y si no lo paso por alto yo, una humana, menos lo hace el Señor. El Señor se agrada de ustedes cuando ustedes han ejercido ese privilegio que ustedes tienen, ese mandato de perdonar en sus vidas. Así que les doy las gracias por el testimonio vivo que dan en medio de su pueblo de esos actos de perdón.