La triple promesa de oír, perdonar y sanar
Charles SpurgeonLlamados por el nombre del Señor, somos, sin embargo, hombres y mujeres que yerran. ¡Cuán grande misericordia es que nuestro Dios esté presto a perdonar! Siempre que pecamos, apresurémonos al propiciatorio de nuestro Dios, en busca del perdón. Hemos de humillarnos.
¿No deberíamos ser humillados por el hecho que después de recibir tanto amor, todavía transgredimos? Oh, Señor, nos postramos delante de Ti en el polvo, y reconocemos nuestra cruel ingratitud. ¡Oh, la infamia del pecado! ¡Oh, la infamia que es siete veces más terrible en personas tan favorecidas como lo hemos sido nosotros!