Amárrate a tu confesión
Dr. Roberto MirandaConfrontado con la mayor crisis militar de todo su reinado, el rey Josafat no sólo tomó tiempo para orar y clamar al Señor, sino que se comprometió pública y visiblemente a buscar y esperar una respuesta de parte de Dios.
Cuando el rey Josafat mandó a toda la nación a orar y a ayunar, se estaba amarrando a su dependencia de la ayuda divina. ¡Estaba comprometiéndose pública y espiritualmente! Estaba diciendo, “Yo creo en el poder de la oración. Creo en el Dios que ha prometido intervenir a favor de su pueblo el día en que clamemos a Él. Y creo lo suficiente como para convocar a toda la nación y comprometer nuestra fe públicamente”. Josafat se estaba tomando un gran riesgo al hacer esto. Estaba, en un sentido, poniendo a prueba en una forma definitiva e irrevocable todo el sistema religioso que fundamentaba la nación de Israel.