El poder de la fe (Parte 2)
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de vivir por fe y cambiar nuestra forma de pensar cuando entramos en los caminos de Dios. Se enfoca en el relato de Segundo de Crónicas, Capítulo 20, donde el rey Josafat y el pueblo de Israel se enfrentan a una crisis y claman al Señor por ayuda. El pastor destaca la importancia de creer que Dios está con nosotros en tiempos de crisis y que la batalla es de Él y no solo nuestra. También habla sobre la necesidad de ser auténticos y genuinos en nuestra espiritualidad y no solo tener una capa superficial de religión. Finalmente, destaca que como ciudadanos de la eternidad, debemos estar contentos con lo que tenemos, incluso en tiempos difíciles.
El predicador habla sobre la importancia de aprender a vivir sin apegos materiales y de confiar en Dios en tiempos difíciles. También destaca la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo en momentos de crisis. El predicador cita un versículo bíblico que dice que en algunas situaciones no es necesario luchar, sino confiar en Dios para que haga el trabajo. Sin embargo, también señala que en otras situaciones, es necesario trabajar duro y confiar en que Dios trabajará a través de nuestros esfuerzos.
En la vida de fe, a veces Dios actúa a través de nuestra fe y otras veces a través de nuestro trabajo duro. Es importante encontrar la palabra de Dios y pararnos sobre ella en momentos de lucha y angustia. La quietud y el descanso en Dios también son poderosos y nos permiten ver la salvación de Dios en nuestras vidas. Debemos aprender a usar la Biblia como nuestro arma de elección en la lucha espiritual.
Es importante que los cristianos estudien la Biblia y la memoricen para poder usar la palabra de Dios en momentos de necesidad. Es necesario hablarle a las emociones con la palabra de Dios para que se domen y asuman su verdadera postura, que es la postura de fe. Cuando venga un problema, no debemos dejar que tenga soberanía sobre nuestra vida, sino que debemos salir contra el problema, determinar una estrategia, ayunar, orar, clamar, buscar, tocar, recordarle al Señor lo que él nos ha prometido y hacer los ajustes necesarios. Si necesitamos ayuda, debemos buscarla del Señor y de otras personas discretas. Debemos confiar en la estrategia de Dios que, aunque puede parecer loca y difícil de aceptar, es sencilla y fácil de seguir por fe. Josafat animó al pueblo a creer en la estrategia de Dios y a confiar en los profetas. En medio de una crisis económica, debemos darle al Señor y confiar en su provisión. La construcción del templo no se está prosiguiendo como pastor, sino como profeta, y siento que si no hago todo lo posible por propiciar esto, estaría robándoles la mayor bendición que Dios tiene para esta comunidad. La batalla de la construcción del templo es en la modalidad de la viuda de Zarepta, donde Dios desató la bendición a través de un acto escandaloso de sacrificio.
La única forma de ser bendecido y prosperado en tiempos de escasez es a través de la fe en la palabra de Dios. Debemos creerle al Señor y a sus profetas para recibir la bendición. Debemos usar la espada de la palabra de Dios y vivir en fe para ser prosperados. Debemos plantar la semilla de la palabra en nuestra tierra y declararla vivificada y despertada dentro de nosotros. Alabemos y demos gracias al Señor por todo lo que hemos recibido.
El predicador habla sobre la importancia de aprender a vivir sin apegos materiales y de confiar en Dios en tiempos difíciles. También destaca la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo en momentos de crisis. El predicador cita un versículo bíblico que dice que en algunas situaciones no es necesario luchar, sino confiar en Dios para que haga el trabajo. Sin embargo, también señala que en otras situaciones, es necesario trabajar duro y confiar en que Dios trabajará a través de nuestros esfuerzos.
En la vida de fe, a veces Dios actúa a través de nuestra fe y otras veces a través de nuestro trabajo duro. Es importante encontrar la palabra de Dios y pararnos sobre ella en momentos de lucha y angustia. La quietud y el descanso en Dios también son poderosos y nos permiten ver la salvación de Dios en nuestras vidas. Debemos aprender a usar la Biblia como nuestro arma de elección en la lucha espiritual.
Es importante que los cristianos estudien la Biblia y la memoricen para poder usar la palabra de Dios en momentos de necesidad. Es necesario hablarle a las emociones con la palabra de Dios para que se domen y asuman su verdadera postura, que es la postura de fe. Cuando venga un problema, no debemos dejar que tenga soberanía sobre nuestra vida, sino que debemos salir contra el problema, determinar una estrategia, ayunar, orar, clamar, buscar, tocar, recordarle al Señor lo que él nos ha prometido y hacer los ajustes necesarios. Si necesitamos ayuda, debemos buscarla del Señor y de otras personas discretas. Debemos confiar en la estrategia de Dios que, aunque puede parecer loca y difícil de aceptar, es sencilla y fácil de seguir por fe. Josafat animó al pueblo a creer en la estrategia de Dios y a confiar en los profetas. En medio de una crisis económica, debemos darle al Señor y confiar en su provisión. La construcción del templo no se está prosiguiendo como pastor, sino como profeta, y siento que si no hago todo lo posible por propiciar esto, estaría robándoles la mayor bendición que Dios tiene para esta comunidad. La batalla de la construcción del templo es en la modalidad de la viuda de Zarepta, donde Dios desató la bendición a través de un acto escandaloso de sacrificio.
La única forma de ser bendecido y prosperado en tiempos de escasez es a través de la fe en la palabra de Dios. Debemos creerle al Señor y a sus profetas para recibir la bendición. Debemos usar la espada de la palabra de Dios y vivir en fe para ser prosperados. Debemos plantar la semilla de la palabra en nuestra tierra y declararla vivificada y despertada dentro de nosotros. Alabemos y demos gracias al Señor por todo lo que hemos recibido.
Quiero invitarlos a buscar de nuevo en Segundo de Crónicas, Capítulo 20. Recuerdan ustedes que ahí estuvimos el domingo pasado en ese texto y dijimos que como no lo pudimos terminar íbamos a continuar hoy con él porque tiene todavía muchas enseñanzas que darnos y se me quedó la mitad del sermón en el tintero, como dicen por allí, y quería terminarlo porque es un sermón muy, cómo dijéramos, fructífero, tremendamente ungido, mucha enseñanza. Recuerdan que en este año Dios nos ha dicho que él quiere que caminemos por fe, caminemos en fe, que aprendamos a ser un pueblo de fe, un pueblo que le crea a Dios. Y yo, mi promesa y mi compromiso es en todo lo posible tener una serie de sermones que nos ayuden a entender esos principios de fe.
Dice la Biblia, el justo por la fe vivirá o por su fe vivirá. Es decir, la estructura esencial del Reino de Dios es fe, esa es la energía básica, es la mentalidad básica, es el fundamento básico, es el paradigma para usa una palabra dominguera básico del pueblo de Dios, es la fe. El hombre, la mujer de Dios no vive la vida y no procesa los eventos y las circunstancias de la vida como los procesa la persona que no conoce a Dios. El hombre, la mujer de Dios, el hijo de Dios tiene que ir haciendo un cambio en su mente, tiene que cambiar de forma de pensar y entonces vivir la vida a la luz de principios muy diferentes a los principios que se usan en el mundo. Y por eso requieren lo que la Biblia llama una renovación de la mente, una transformación, un cambio de forma de pensar.
Dice la Biblia, el justo por la fe vivirá o por su fe vivirá. Es decir, la estructura esencial del Reino de Dios es fe, esa es la energía básica, es la mentalidad básica, es el fundamento básico, es el paradigma para usa una palabra dominguera básico del pueblo de Dios, es la fe. El hombre, la mujer de Dios no vive la vida y no procesa los eventos y las circunstancias de la vida como los procesa la persona que no conoce a Dios. El hombre, la mujer de Dios, el hijo de Dios tiene que ir haciendo un cambio en su mente, tiene que cambiar de forma de pensar y entonces vivir la vida a la luz de principios muy diferentes a los principios que se usan en el mundo. Y por eso requieren lo que la Biblia llama una renovación de la mente, una transformación, un cambio de forma de pensar.
