Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. (2 Reyes 4:32)
Y entrando, cerró la puerta tras ambos y oró al SEÑOR. (2 Reyes 4:33)
Entonces subió y se acostó sobre el niño, y puso la boca sobre su boca, los ojos sobre sus ojos y las manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y la carne del niño entró en calor. (2 Reyes 4:34)
Entonces Eliseo volvió y caminó por la casa de un lado para otro, y subió y se tendió sobre él; y el niño estornudó siete veces y abrió sus ojos.
Eliseo llamó a Giezi y le dijo: "Llama a la Sunamita." Y él la llamó. Cuando ella vino a Eliseo, él le dijo: "Toma a tu hijo." (2 Reyes 4:36)
Entonces ella entró, cayó a sus pies y se postró en tierra, y tomando a su hijo, salió. (2 Reyes 4:37)
Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en la tierra. Estando sentados los hijos de los profetas delante de él, dijo a su criado: "Pon la olla grande y prepara un potaje para los hijos de los profetas." (2 Reyes 4:38)

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2 Reyes 4:35 - Referencia Cruzada

Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!" (Juan 11:43)
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: "Joven, a ti te digo: ¡Levántate!" (Lucas 7:14)
Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9:40)
Entonces le volvió a ella su espíritu y se levantó al instante, y Jesús mandó que le dieran de comer. (Lucas 8:55)
El SEÑOR escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió. (1 Reyes 17:22)
Y una vez cuando estaban sepultando a un hombre, vieron que una banda de merodeadores se les acercaba; así que arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie. (2 Reyes 13:21)
Mientras él contaba al rey cómo había devuelto la vida a un muerto, en ese momento la mujer a cuyo hijo había devuelto la vida, imploró al rey por su casa y por su campo. Y Giezi dijo: "Oh rey señor mío, ésta es la mujer y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la vida." (2 Reyes 8:5)
Eliseo habló a la mujer, a cuyo hijo él había devuelto la vida, diciéndole: "Levántate y vete, tú y tu casa, y reside donde puedas residir, porque el SEÑOR ha llamado al hambre que vendrá sobre la tierra por siete años." (2 Reyes 8:1)