Nueva Biblia Latinoamericana
Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: "No lloren, porque no ha muerto, sino que duerme." (Lucas 8:52)
Y se burlaban de El, sabiendo que ella había muerto. (Lucas 8:53)
Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: "¡Niña, levántate!" (Lucas 8:54)
Entonces le volvió a ella su espíritu y se levantó al instante, y Jesús mandó que le dieran de comer.
Sus padres estaban asombrados, pero El les encargó que no dijeran a nadie lo que había sucedido. (Lucas 8:56)
Reuniendo Jesús a los doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. (Lucas 9:1)
Los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. (Lucas 9:2)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 8:55":

Dr. Roberto Miranda
Luchando por la tierra más allá de tu propio patio trasero
El pastor comparte su experiencia con la liberación de personas demoníacamente oprimidas en su iglesia y se centra en el pasaje bíblico de Lucas 13:10-17 sobre la mujer encorvada que estaba poseída por un espíritu de enfermedad durante 18 años. También reflexiona sobre la importancia de la liberación en la iglesia en tiempos de guerra espiritual y llama a la iglesia a adoptar una perspectiva más guerrera.


Omar Soto
Cuando Jesús no se apura
En este artículo se habla sobre la historia de Lázaro y cómo Jesús tardó en ir a verlo después de que recibió la noticia de su muerte. Se destaca la importancia de tener fe en Dios y su poder para proveer en todas las situaciones de la vida, incluso en las más difíciles.


Lucas 8:55 - Referencia Cruzada

Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y porque estaban asombrados, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?" (Lucas 24:41)
Entonces se tendió tres veces sobre el niño, y clamó al SEÑOR: "Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que el alma de este niño vuelva a él." (1 Reyes 17:21)
Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: "Desátenlo, y déjenlo ir." (Juan 11:44)
Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto; y dijo que le dieran de comer a la niña. (Marcus 5:43)