Dame a tu hijo," le respondió Elías. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó en su propia cama.
(1 Reyes 17:19)Y clamó al SEÑOR: "Oh SEÑOR, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo?"
(1 Reyes 17:20)Entonces se tendió tres veces sobre el niño, y clamó al SEÑOR: "Oh SEÑOR, Dios mío, Te ruego que el alma de este niño vuelva a él."
(1 Reyes 17:21)El SEÑOR escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió.
Y Elías tomó al niño, lo bajó de la cámara alta a la casa y se lo dio a su madre; y Elías dijo: "Mira, tu hijo vive."
(1 Reyes 17:23)Entonces la mujer dijo a Elías: "Ahora conozco que tú eres hombre de Dios, y que la palabra del SEÑOR en tu boca es verdad."
(1 Reyes 17:24)Después de muchos días, la palabra del SEÑOR vino a Elías en el tercer año, diciéndole: "Ve, muéstrate a Acab, y enviaré lluvia sobre la superficie de la tierra."
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1 Reyes 17:22 - Referencia Cruzada
Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban.
(Apocalipsis 11:11)Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección. Otros fueron torturados, no aceptando su liberación a fin de obtener una mejor resurrección.
(Hebreos 11:35)Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.
(Romanos 14:9)No se queden asombrados de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán Su voz,
(Juan 5:28)Y una vez cuando estaban sepultando a un hombre, vieron que una banda de merodeadores se les acercaba; así que arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie.
(2 Reyes 13:21)El SEÑOR da muerte y da vida; Hace bajar al Seol (región de los muertos) y hace subir.
(1 Samuel 2:6)Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: "¡Niña, levántate!"
(Lucas 8:54)Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano.
(Deuteronomio 32:39)Al muchacho se lo llevaron vivo, y quedaron grandemente consolados.
(Hechos 20:12)Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!"
(Juan 11:43)