Nueva Biblia Latinoamericana
Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de Coa, y los mercaderes del rey los adquirían de Coa por cierto precio. (1 Reyes 10:28)
Un carro de Egipto se importaba por 600 siclos (6.84 kilos) de plata, y un caballo por 150 y de la misma forma los exportaban a todos los reyes de los Hititas y a los reyes de Aram. (1 Reyes 10:29)
Pero el rey Salomón, además de la hija de Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, Moabitas, Amonitas, Edomitas, Sidonias e Hititas, (1 Reyes 11:1)
de las naciones acerca de las cuales el SEÑOR había dicho a los Israelitas: "No se unirán a ellas, ni ellas se unirán a ustedes, porque ciertamente desviarán su corazón tras sus dioses." Pero Salomón se apegó a ellas con amor.
Y tuvo 700 mujeres que eran princesas y 300 concubinas, y sus mujeres desviaron su corazón. (1 Reyes 11:3)
Porque cuando Salomón ya era viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no estuvo dedicado por completo al SEÑOR su Dios, como había estado el corazón de David su padre. (1 Reyes 11:4)
Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los Sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los Amonitas. (1 Reyes 11:5)

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1 Reyes 11:2 - Referencia Cruzada

Como si fuera poco el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Et Baal, rey de los Sidonios, y fue a servir a Baal y lo adoró. (1 Reyes 16:31)
Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab (pues la hija de Acab era su mujer), e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR. (2 Crónicas 21:6)
No se dejen engañar: "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres." (1 Corintios 15:33)
Ellos, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican. (Romanos 1:32)
No harás pacto con ellos ni con sus dioses. (Éxodo 23:32)
Y Secanías, hijo de Jehiel, uno de los hijos de Elam, dijo a Esdras: "Hemos sido infieles a nuestro Dios, y nos hemos casado con mujeres extranjeras de los pueblos de esta tierra; pero todavía hay esperanza para Israel a pesar de esto. (Esdras 10:2)
Después de esto, Sansón se enamoró de una mujer del Valle de Sorec, que se llamaba Dalila. (Jueces 16:4)
y tomes de sus hijas para tus hijos, y ellas se prostituyan con sus dioses, y hagan que también tus hijos se prostituyan con los dioses de ellas. (Éxodo 34:16)
Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. (Apocalipsis 2:4)
El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno. (Romanos 12:9)
Porque si se vuelven, y se unen al resto de estos pueblos que permanecen entre ustedes, y contraen matrimonio con ellos, y se juntan con ellos, y ellos con ustedes, (Josué 23:12)
Deslealmente ha obrado Judá. Una abominación se ha cometido en Israel y en Jerusalén; porque Judá ha profanado el santuario del SEÑOR, que El ama, y se ha casado con la hija de un dios extraño. (Malaquías 2:11)
Tomaron para sí a sus hijas por mujeres, y dieron sus propias hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. (Jueces 3:6)
Pero el vidente Jehú, hijo de Hananí, salió a encontrarlo y dijo al rey Josafat: "¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto traer sobre ti la ira del SEÑOR? (2 Crónicas 19:2)
Ahora pues, no den sus hijas a sus hijos ni tomen sus hijas para sus hijos, y nunca procuren la paz de ellos ni su prosperidad, para que ustedes sean fuertes y coman lo mejor de la tierra y la dejen por heredad a sus hijos para siempre.' (Esdras 9:12)
No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14)
Pero él se enamoró de Dina, hija de Jacob, y amó a la joven y le habló tiernamente. (Génesis 34:3)
¿No odio a los que Te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra Ti? (Salmos 139:21)
No contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos. (Deuteronomio 7:3)
Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:24)
Mientras Israel habitaba en Sitim, el pueblo comenzó a prostituirse con las hijas de Moab. (Números 25:1)