Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia por haber ellos pecado contra Ti, y oren hacia este lugar y confiesen Tu nombre, y se vuelvan de su pecado cuando Tú los aflijas, (1 Reyes 8:35)
escucha Tú desde los cielos y perdona el pecado de Tus siervos y de Tu pueblo Israel; sí, enséñales el buen camino por el que deben andar. Y envía lluvia sobre Tu tierra, la que diste a Tu pueblo por heredad. (1 Reyes 8:36)
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay pestes o plagas, langosta o saltamontes, si su enemigo los sitia en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga, cualquier enfermedad que haya , (1 Reyes 8:37)
toda oración o toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo Tu pueblo Israel, conociendo cada cual la aflicción de su corazón, y extendiendo sus manos hacia esta casa;
escucha Tú desde los cielos, el lugar de Tu morada, y perdona, actúa y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón, porque sólo Tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres, (1 Reyes 8:39)
para que Te teman (reverencien) todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que diste a nuestros padres. (1 Reyes 8:40)
También en cuanto al extranjero que no es de Tu pueblo Israel, cuando venga de una tierra lejana a causa de Tu nombre (1 Reyes 8:41)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Reyes 8:38":

Charles Spurgeon
Ver el cielo abierto
Descubre la promesa de Dios de abrir su tesoro para todos los fieles y cómo podemos obtener las riquezas divinas al permanecer en Cristo y obedecer su voluntad. Ver el cielo abierto - artículo por Charles Spurgeon.


Charles Spurgeon
Dios promete responder a la oración de Su pueblo
Artículo sobre cómo Dios responde a las oraciones de su pueblo en tiempos de angustia, con maravillas reservadas para ellos.


1 Reyes 8:38 - Referencia Cruzada

Por tanto, no refrenaré mi boca, Hablaré en la angustia de mi espíritu, Me quejaré en la amargura de mi alma. (Job 7:11)
Entonces Salomón se puso delante del altar del SEÑOR en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos al cielo. (1 Reyes 8:22)
Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día. (Salmos 32:3)
Cuando extiendan sus manos, Esconderé Mis ojos de ustedes. Sí, aunque multipliquen las oraciones, No escucharé. Sus manos están llenas de sangre. (Isaías 1:15)
Esto me mostró el Señor DIOS: El formaba enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar la cosecha de primavera. Y la cosecha de primavera era después de la siega del rey. (Amós 7:1)
Invoca Mi nombre en el día de la angustia; Yo te libraré, y tú Me honrarás." (Salmos 50:15)
Me invocará, y le responderé; Yo estaré con él en la angustia; Lo rescataré y lo honraré; (Salmos 91:15)
Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y lo reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda.'" (Isaías 37:4)
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues Lo he de alabar otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios! (Salmos 42:11)
Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. (Filipenses 4:6)
¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? (Romanos 7:24)
A Dios, mi roca, diré: "¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?" (Salmos 42:9)
Y Ezequías oró al SEÑOR, y dijo: (Isaías 37:15)
Cuando mi espíritu desmayaba dentro de mí, Tú conociste mi senda. En la senda en que camino Me han tendido una trampa. (Salmos 142:3)
Entre el pórtico y el altar, Lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, Y digan: "Perdona, oh SEÑOR, a Tu pueblo, Y no entregues Tu heredad al oprobio, A la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: 'Dónde está su Dios?'" (Joel 2:17)
Dios mío, mi alma está en mí deprimida; Por eso me acuerdo de Ti desde la tierra del Jordán, Y desde las cumbres del Hermón, desde el Monte Mizar. (Salmos 42:6)
toda oración o toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo Tu pueblo Israel, conociendo cada cual su aflicción y su dolor, y extendiendo sus manos hacia esta casa, (2 Crónicas 6:29)
Cuando mi corazón se llenó de amargura, Y en mi interior sentía punzadas, (Salmos 73:21)
Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo, (2 Crónicas 20:5)
El corazón conoce su propia amargura, Y un extraño no comparte su alegría. (Proverbios 14:10)