Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan."
(2 Samuel 3:29)Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón.
(2 Samuel 3:30)Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: "Rasguen sus vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner." Y el rey David iba detrás del féretro.
(2 Samuel 3:31)Sepultaron, pues, a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y lloró también todo el pueblo.
Y el rey entonó una elegía por Abner, y dijo: "¿Había de morir Abner como muere un insensato?
(2 Samuel 3:33)Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; Como el que cae delante de los malvados, has caído." Y todo el pueblo volvió a llorar por él.
(2 Samuel 3:34)Entonces todo el pueblo se llegó a David para persuadirlo a que comiera pan mientras aún era de día. Pero David juró: "Así me haga Dios y aun más, si pruebo pan o cosa alguna antes de ponerse el sol."
(2 Samuel 3:35)Otras publicaciones relacionadas con "2 Samuel 3:32":
2 Samuel 3:32 - Referencia Cruzada
El rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: "¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!"
(2 Samuel 18:33)Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron, hasta que no les quedaron fuerzas para llorar.
(1 Samuel 30:4)Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
(Lucas 19:41)No te regocijes cuando caiga tu enemigo, Y no se alegre tu corazón cuando tropiece;
(Proverbios 24:17)Eso también hubiera sido iniquidad que merecía juicio, Porque habría negado al Dios de lo alto.
(Job 31:28)Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del SEÑOR y por la casa de Israel, porque habían caído a espada.
(2 Samuel 1:12)