Nueva Biblia Latinoamericana
diciendo: "¡BENDITO EL REY QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!" (Lucas 19:38)
Entonces algunos de los Fariseos de entre la multitud Le dijeron: "Maestro, reprende a Tus discípulos." (Lucas 19:39)
Pero El respondió: "Les digo que si éstos se callan, las piedras clamarán." (Lucas 19:40)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
diciendo: "¡Si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. (Lucas 19:42)
Porque sobre ti vendrán días, cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes. (Lucas 19:43)
Te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no conociste el tiempo de tu visitación." (Lucas 19:44)

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Lucas 19:41 - Referencia Cruzada

¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré Yo hacerte como a Adma? ¿Cómo podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de Mí, Se enciende toda Mi compasión. (Oseas 11:8)
Ríos de lágrimas vierten mis ojos, Porque ellos no guardan Tu ley. (Salmos 119:136)
Pero si no escuchan esto, Mi alma sollozará en secreto por tal orgullo; Mis ojos llorarán amargamente Y se llenarán de lágrimas, Porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR. (Jeremías 13:17)
Veo a los malvados y me repugnan, Porque no guardan Tu palabra. (Salmos 119:158)
Pero yo no me he apresurado a dejar de ser tu pastor, Ni el día de angustia he anhelado; Tú sabes que lo que ha salido de mis labios En Tu presencia está. (Jeremías 17:16)
de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. (Romanos 9:2)
Jesús lloró. (Juan 11:35)
Profunda indignación se ha apoderado de mí por causa de los impíos Que abandonan Tu ley. (Salmos 119:53)
Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! (Lucas 13:34)