Tito 2:13 - Referencia Cruzada

Porque cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles." (Marcus 8:38)

teniendo la misma esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos. (Hechos 24:15)

EL VIENE CON LAS NUBES, y todo ojo Lo verá, aun los que Lo traspasaron; y todas las tribus (linajes y razas) de la tierra harán lamentación por El. Sí. Amén. (Apocalipsis 1:7)

Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y ENTONCES RECOMPENSARA A CADA UNO SEGUN SU CONDUCTA. (Mateo 16:27)

Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. (Romanos 5:5)

Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, (2 Tesalonicenses 2:16)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, (1 Pedro 1:3)

Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. (1 Juan 4:14)

En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino te encargo solemnemente: (2 Timoteo 4:1)

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo: (2 Pedro 1:1)

Yo sé que mi Redentor (Defensor) vive, Y al final se levantará sobre el polvo. (Job 19:25)

Y en aquel día se dirá: "Este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara. Este es el SEÑOR a quien hemos esperado; Regocijémonos y alegrémonos en su salvación." (Isaías 25:9)

A éstos Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria. (Colosenses 1:27)

Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, (1 Timoteo 6:13)

Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo. (Romanos 15:13)

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, (Tito 3:4)

con la esperanza de vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde los tiempos eternos, (Tito 1:2)

a causa de la esperanza reservada para ustedes en los cielos. De esta esperanza ustedes oyeron antes en la palabra de verdad, el evangelio (las buenas nuevas) (Colosenses 1:5)

Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2 Pedro 3:18)

en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento (la mente) de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios. (2 Corintios 4:4)

Esto El hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro (servidor). (Colosenses 1:23)

para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; (1 Pedro 1:7)

así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente Lo esperan. (Hebreos 9:28)

En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida (manifestación). (2 Timoteo 4:8)

Jesús le contestó: "Tú mismo lo has dicho; sin embargo, a ustedes les digo que desde ahora verán AL HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER, y VINIENDO SOBRE LAS NUBES DEL CIELO." (Mateo 26:64)

Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con El en gloria. (Colosenses 3:4)

de manera que nada les falta en ningún don, esperando ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 1:7)

Pues Dios, que dijo: "De las tinieblas resplandecerá la luz," es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo. (2 Corintios 4:6)

Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a El, porque Lo veremos como El es. (1 Juan 3:2)

Porque en esperanza hemos sido salvados, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? (Romanos 8:24)

a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebreos 6:18)

Entonces será revelado ese impío (sin ley), a quien el Señor matará con el espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor (la manifestación) de Su venida. (2 Tesalonicenses 2:8)

Jesús le contestó: "Yo soy; y verán al HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER y VINIENDO CON LAS NUBES DEL CIELO." (Marcus 14:62)

Porque nuestra ciudadanía (patria) está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, (Filipenses 3:20)

Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con El, entonces El se sentará en el trono de Su gloria; (Mateo 25:31)

que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, (Tito 3:6)

esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! (2 Pedro 3:12)