a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
(1 Timoteo 1:2)Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Efeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas,
(1 Timoteo 1:3)ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan (la dispensación) de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
(1 Timoteo 1:4)Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería.
(1 Timoteo 1:6)Quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.
(1 Timoteo 1:7)Pero nosotros sabemos que la Ley es buena, si uno la usa legítimamente.
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1 Timoteo 1:5 - Referencia Cruzada
Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; sólo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros.
(Gálatas 5:13)Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones,
(2 Timoteo 1:3)Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,
(1 Pedro 3:21)Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
(Gálatas 5:22)guardando la fe y una buena conciencia, que algunos han rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe.
(1 Timoteo 1:19)Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres.
(Hechos 24:16)acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
(Hebreos 10:22)Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro.
(1 Juan 3:3)No deban a nadie nada, sino el amarse unos a otros. Porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley.
(Romanos 13:8)sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia.
(1 Timoteo 3:9)Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquél que cree.
(Romanos 10:4)Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, Para que seas salvada. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti Pensamientos perversos?
(Jeremías 4:14)Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo,
(Romanos 9:1)Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor.
(Gálatas 5:6)Porque si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquél por quien Cristo murió.
(Romanos 14:15)Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte. Y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADO; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios.
(Hebreos 11:5)Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones.
(Santiago 4:8)En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
(1 Corintios 8:1)teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo.
(1 Pedro 3:16)Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que Jesús les había contestado bien, Le preguntó: "¿Cuál mandamiento es el más importante (el primero) de todos?"
(Marcus 12:28)Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio (al Sanedrín), dijo: "Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia."
(Hechos 23:1)Porque nuestra satisfacción es ésta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes.
(2 Corintios 1:12)Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
(1 Corintios 13:1)¿cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno El mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
(Hebreos 9:14)Y éste es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como El nos ha mandado.
(1 Juan 3:23)El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.
(Mateo 12:35)y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
(Hechos 15:9)Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
(Mateo 5:8)Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
(1 Pedro 1:22)Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue (busca) la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.
(2 Timoteo 2:22)Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corrompidos e incrédulos nada es puro, sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas.
(Tito 1:15)Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
(1 Juan 4:7)Oren por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia, deseando conducirnos honradamente (bien) en todo.
(Hebreos 13:18)El de manos limpias y corazón puro, El que no ha alzado su alma a la falsedad Ni jurado con engaño.
(Salmos 24:4)Sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
(1 Pedro 4:8)a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor.
(2 Pedro 1:7)Porque tengo presente la fe sincera (no fingida) que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
(2 Timoteo 1:5)Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
(Salmos 51:10)