Nueva Biblia Latinoamericana
Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)
Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. (1 Juan 4:5)
Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. (1 Juan 4:6)
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. (1 Juan 4:8)
En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El. (1 Juan 4:9)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. (1 Juan 4:10)

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1 Juan 4:7 - Referencia Cruzada

Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros. (1 Tesalonicenses 4:9)
Si alguien dice: "Yo amo a Dios," pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. (1 Juan 4:20)
A Dios nunca Lo ha visto nadie. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se perfecciona en nosotros. (1 Juan 4:12)
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (de disciplina). (2 Timoteo 1:7)
Pero ahora que conocen a Dios, o más bien, que son conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven otra vez a las cosas débiles, inútiles (sin valor) y elementales, a las cuales desean volver a estar esclavizados de nuevo? (Gálatas 4:9)
Pues Dios, que dijo: "De las tinieblas resplandecerá la luz," es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo. (2 Corintios 4:6)
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquél que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquél que no ama a su hermano. (1 Juan 3:10)
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, (Gálatas 5:22)
Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. (Deuteronomio 30:6)
El que ama a su hermano, permanece en la Luz y no hay causa de tropiezo en él. (1 Juan 2:10)
Si saben que El es justo, saben también que todo el que hace justicia es nacido de El. (1 Juan 2:29)
Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro. (1 Pedro 1:22)
Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (Juan 17:3)
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. (1 Juan 4:8)