Nueva Biblia Latinoamericana
Y el comandante respondió: "Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero." "Pero yo soy ciudadano Romano de nacimiento," le dijo Pablo. (Hechos 22:28)
Entonces los que iban a someterlo a azotes , al instante lo soltaron. También el comandante tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano Romano, y porque lo había atado con cadenas . (Hechos 22:29)
Al día siguiente, queriendo el comandante saber con certeza la causa por la cual los Judíos lo acusaban a Pablo, lo soltó, y ordenó a los principales sacerdotes y a todo el Concilio (Sanedrín) que se reunieran. Después llevó a Pablo y lo puso ante ellos. (Hechos 22:30)
Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio (al Sanedrín), dijo: "Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia."
Y el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan en la boca. (Hechos 23:2)
Entonces Pablo le dijo: "¡Dios lo golpeará a usted, pared blanqueada! ¿Se sienta usted para juzgarme conforme a la Ley, y viola la Ley ordenando que me golpeen?" (Hechos 23:3)
Los que estaban allí observando, dijeron: "¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?" (Hechos 23:4)

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Hechos 23:1 - Referencia Cruzada

Oren por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia, deseando conducirnos honradamente (bien) en todo. (Hebreos 13:18)
Porque nuestra satisfacción es ésta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes. (2 Corintios 1:12)
teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo. (1 Pedro 3:16)
Y al fijar la mirada en él, todos los que estaban sentados en el Concilio (Sanedrín) vieron su rostro como el rostro de un ángel. (Hechos 6:15)
Hermanos y padres, escuchen mi defensa que ahora presento ante ustedes," decía Pablo. (Hechos 22:1)
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran Saduceos y otra Fariseos, alzó la voz en el Concilio: "Hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos." (Hechos 23:6)
Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres. (Hechos 24:16)
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones, (2 Timoteo 1:3)
El impío huye sin que nadie lo persiga, Pero los justos están confiados como un león. (Proverbios 28:1)
de lo cual pueden testificar el sumo sacerdote y todo el Concilio (Sanedrín) de los ancianos. De ellos recibí cartas para los hermanos (Judíos), y me puse en marcha para Damasco con el fin de traer presos a Jerusalén también a los (creyentes) que estaban allá, para que fueran castigados. (Hechos 22:5)
Porque no estoy consciente de nada en contra mía. Pero no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor. (1 Corintios 4:4)
Al día siguiente, queriendo el comandante saber con certeza la causa por la cual los Judíos lo acusaban a Pablo, lo soltó, y ordenó a los principales sacerdotes y a todo el Concilio (Sanedrín) que se reunieran. Después llevó a Pablo y lo puso ante ellos. (Hechos 22:30)
Más bien hemos renunciado a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino que, mediante la manifestación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre en la presencia de Dios. (2 Corintios 4:2)