Nueva Biblia Latinoamericana
Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera. (1 Timoteo 1:5)
Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería. (1 Timoteo 1:6)
Quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas. (1 Timoteo 1:7)
Pero nosotros sabemos que la Ley es buena, si uno la usa legítimamente.
Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos, (1 Timoteo 1:9)
para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, (1 Timoteo 1:10)
según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado. (1 Timoteo 1:11)

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1 Timoteo 1:8 - Referencia Cruzada

Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la Ley, reconociendo que es buena. (Romanos 7:16)
Así que guárdenlos y pónganlos por obra, porque ésta será su sabiduría y su inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: 'Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.' (Deuteronomio 4:6)
Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios, (Romanos 7:22)
He visto un límite a toda perfección; Tu mandamiento es sumamente amplio. (Salmos 119:96)
La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; El testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. (Salmos 19:7)
También el que compite como atleta, no gana el premio si no compite de acuerdo con las reglas. (2 Timoteo 2:5)
Por tanto, amo Tus mandamientos Más que el oro, sí, más que el oro fino. (Salmos 119:127)
Y no se adapten (no se conformen) a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable (agradable) y perfecto. (Romanos 12:2)
Luego bajaste sobre el Monte Sinaí, Y desde el cielo hablaste con ellos; Les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, Estatutos y mandamientos buenos. (Nehemías 9:13)
Así que la Ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. (Romanos 7:12)
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. (Romanos 7:18)
¿Es entonces la Ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente hubiera dependido de la ley. (Gálatas 3:21)