No debe ser un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo.
(1 Timoteo 3:6)Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia , para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo.
(1 Timoteo 3:7)De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas,
(1 Timoteo 3:8)sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia.
Que también éstos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos.
(1 Timoteo 3:10)De igual manera, las mujeres (diaconisas) deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
(1 Timoteo 3:11)Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas.
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1 Timoteo 3:9 - Referencia Cruzada
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: El fue manifestado en la carne, Vindicado (Justificado) en el Espíritu, Contemplado por ángeles, Proclamado entre las naciones, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.
(1 Timoteo 3:16)Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza (doctrina) de Cristo, no tiene a Dios. El que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo.
(2 Juan 1:9)Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
(1 Timoteo 1:5)guardando la fe y una buena conciencia, que algunos han rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe.
(1 Timoteo 1:19)