Nueva Biblia Latinoamericana
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. (Hechos 20:23)
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)
Y ahora, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes anduve predicando el reino, volverá a ver mi rostro. (Hechos 20:25)
Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos,
pues no rehuí declararles todo el propósito de Dios. (Hechos 20:27)
Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos (supervisores) para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con Su propia sangre. (Hechos 20:28)
Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre ustedes que no perdonarán el rebaño. (Hechos 20:29)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 20:26":

Andrés Cisterna
Me seréis testigos
El mensaje principal del sermón es que la iglesia debe ser portadora de las buenas noticias del Evangelio y tener hambre por predicar el mensaje de salvación de Jesucristo. El orador anima a los oyentes a ser embajadores de Cristo, testigos poderosos y fieles representantes de los valores del Reino.


Charles Spurgeon
Tú serás Mi testigo, dice Jehová
Artículo sobre la importancia de dar testimonio de nuestra fe en Cristo y cumplir con el mandato divino.


Andrés Cisterna
Eres testigo del poder de Dios en tu vida?
Reflexión sobre la importancia de ser un testigo fiel del poder de Dios en nuestras vidas y cómo esto puede impactar a otros. Se habla del papel del Espíritu Santo y la necesidad de ser transformados para vivir con autoridad en nuestra vida diaria.


Hechos 20:26 - Referencia Cruzada

Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, (2 Corintios 8:3)
Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: 'Si Yo traigo una espada sobre un país, y la gente del país toma a un hombre de entre ellos y lo ponen de centinela, (Ezequiel 33:2)
Cuando Yo diga al impío: 'Ciertamente morirás,' si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero Yo demandaré su sangre de tu mano. (Ezequiel 3:18)
Y así, la multitud que estaba con Jesús cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, daba testimonio de El. (Juan 12:17)
Cuando David lo supo después, dijo: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del SEÑOR de la sangre de Abner, hijo de Ner. (2 Samuel 3:28)
Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean. (Juan 19:35)
Pero yo invoco a Dios como testigo sobre mi alma, que por consideración a ustedes no he vuelto a Corinto. (2 Corintios 1:23)
No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad por los pecados de otros; guárdate libre de pecado. (1 Timoteo 5:22)
Pero cuando los Judíos se le opusieron y blasfemaron, él sacudió sus ropas y les dijo: "Su sangre sea sobre sus cabezas; yo soy limpio; desde ahora me iré a los Gentiles." (Hechos 18:6)
Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento. (Romanos 10:2)
Ustedes son testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos (nos hicimos) con ustedes los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:10)
Aun ahora mi testigo está en el cielo, Y mi defensor está en las alturas. (Job 16:19)
Acéptennos (Hagan lugar para nosotros) en su corazón. A nadie hemos ofendido, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja. (2 Corintios 7:2)