Nueva Biblia Latinoamericana
Ahora yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá, (Hechos 20:22)
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. (Hechos 20:23)
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)
Y ahora, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes anduve predicando el reino, volverá a ver mi rostro.
Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, (Hechos 20:26)
pues no rehuí declararles todo el propósito de Dios. (Hechos 20:27)
Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos (supervisores) para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con Su propia sangre. (Hechos 20:28)

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El mensaje principal del sermón es que la iglesia debe ser portadora de las buenas noticias del Evangelio y tener hambre por predicar el mensaje de salvación de Jesucristo. El orador anima a los oyentes a ser embajadores de Cristo, testigos poderosos y fieles representantes de los valores del Reino.


Jorge Najarro
Liberado para llevar la cruz juntos
El orador comparte su experiencia sobre la importancia de la responsabilidad y unidad en la iglesia. author: Jorge Najarro, title: Liberado para llevar la cruz juntos, summary: El orador habla sobre su experiencia personal de cómo Dios lo sacó de la oscuridad y lo llevó a la luz. Él explica que la iglesia es responsabilidad de todos y no solo del pastor, y que debemos unirnos para trabajar juntos y clamar a Dios. El orador también enfatiza la importancia de hablar con los líderes de la iglesia para saber qué necesitan y ofrecerse como obreros. En resumen, el mensaje es sobre la responsabilidad y unidad en la iglesia.


Hechos 20:25 - Referencia Cruzada

Deja que los muertos entierren a sus muertos," le respondió Jesús; "pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios." (Lucas 9:60)
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres. (Hechos 8:12)
Pero todavía no era conocido en persona en las iglesias de Judea que eran en Cristo. (Gálatas 1:22)
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio (las buenas nuevas) del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mateo 4:23)
Desde entonces Jesús comenzó a predicar: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado." (Mateo 4:17)
La Ley y los Profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él. (Lucas 16:16)
Porque quiero que sepan qué gran lucha tengo por ustedes y por los que están en Laodicea, y por todos los que no me han visto en persona. (Colosenses 2:1)
Y cuando vayan, prediquen diciendo: 'El reino de los cielos se ha acercado.' (Mateo 10:7)
A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquél en quien se sembró la semilla junto al camino. (Mateo 13:19)
Estaban afligidos especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y lo acompañaron hasta el barco. (Hechos 20:38)
predicando el reino de Dios y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo. (Hechos 28:31)
Pero ahora, no quedando ya más lugares para mí en estas regiones, y puesto que por muchos años he tenido un gran deseo de ir a ustedes, (Romanos 15:23)
Entonces Jesús les dijo: "Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas." (Mateo 13:52)