Nueva Biblia Latinoamericana
Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí. Por eso también por medio de El, es nuestro Amén (así sea), para la gloria de Dios por medio de nosotros. (2 Corintios 1:20)
Ahora bien, el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió, es Dios, (2 Corintios 1:21)
quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía. (2 Corintios 1:22)
Pero yo invoco a Dios como testigo sobre mi alma, que por consideración a ustedes no he vuelto a Corinto.
No es que queramos tener control de su fe, sino que somos colaboradores con ustedes para su gozo, porque es en la fe que permanecen firmes. (2 Corintios 1:24)
Pero en mí mismo decidí esto: no ir otra vez a ustedes con tristeza. (2 Corintios 2:1)
Porque si yo les causo tristeza, ¿quién será el que me alegre sino aquél a quien yo entristecí? (2 Corintios 2:2)

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2 Corintios 1:23 - Referencia Cruzada

Dije previamente, cuando estuve presente la segunda vez, y aunque ahora estoy ausente, lo digo de antemano a los que pecaron anteriormente y también a todos los demás, que si voy otra vez no seré indulgente, (2 Corintios 13:2)
Porque como saben, nunca fuimos a ustedes con palabras lisonjeras, ni con pretexto para sacar provecho. Dios es testigo. (1 Tesalonicenses 2:5)
Por esta razón les escribo estas cosas estando ausente, a fin de que cuando esté presente no tenga que usar de severidad según la autoridad que el Señor me dio para edificación y no para destrucción. (2 Corintios 13:10)
En lo que les escribo, les aseguro delante de Dios que no miento. (Gálatas 1:20)
Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo, (Romanos 9:1)
y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando la obediencia de ustedes sea completa. (2 Corintios 10:6)
Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús. (Filipenses 1:8)
¿Por qué? ¿Porque no los amo? ¡Dios lo sabe! (2 Corintios 11:11)
Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás, para que aprendan a no blasfemar. (1 Timoteo 1:20)
¿Qué quieren? ¿Iré a ustedes con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? (1 Corintios 4:21)
Pero en mí mismo decidí esto: no ir otra vez a ustedes con tristeza. (2 Corintios 2:1)
Porque temo que quizá cuando yo vaya, halle que no son lo que deseo, y yo sea hallado por ustedes que no soy lo que desean. Que quizá haya pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes. (2 Corintios 12:20)
El Dios y Padre del Señor Jesús, el cual es bendito para siempre, sabe que no miento. (2 Corintios 11:31)
Pero como Dios es fiel, nuestra palabra a ustedes no es sí y no. (2 Corintios 1:18)
ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que ser osado con la confianza con que me propongo proceder resueltamente (ser valiente) contra algunos que nos consideran como si anduviéramos según la carne. (2 Corintios 10:2)
Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio de Su Hijo, me es testigo de cómo sin cesar hago mención de ustedes (Romanos 1:9)
entreguen a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1 Corintios 5:5)