Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio (las buenas nuevas) en muchas aldeas de los Samaritanos.
(Hechos 8:25)
Un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza." Este es un camino desierto.
(Hechos 8:26)
El se levantó y fue. Y había un eunuco Etíope, alto oficial de Candace, reina de los Etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar.
(Hechos 8:27)
Regresaba a su país sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías.
Y el Espíritu dijo a Felipe: "Ve y júntate a ese carruaje."
(Hechos 8:29)
Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le preguntó: "¿Entiende usted lo que lee?"
(Hechos 8:30)
El eunuco le respondió: "¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe?" E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él.
(Hechos 8:31)
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Hechos 8:28 - Referencia Cruzada
Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón.
(Deuteronomio 6:6)
Graben, pues, estas mis palabras en su corazón y en su alma; átenlas como una señal en su mano, y serán por insignias entre sus ojos.
(Deuteronomio 11:18)
Y cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, en presencia de los sacerdotes Levitas.
(Deuteronomio 17:18)
Hijo mío, si recibes mis palabras Y atesoras mis mandamientos dentro de ti,
(Proverbios 2:1)
Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
(2 Timoteo 3:15)
Tengo más discernimiento que todos mis maestros, Porque Tus testimonios son mi meditación.
(Salmos 119:99)
Tus testimonios he tomado como herencia para siempre, Porque son el gozo de mi corazón.
(Salmos 119:111)
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.
(Hechos 17:11)
Visión que tuvo Isaías, hijo de Amoz, con relación a Judá y Jerusalén, en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
(Isaías 1:1)
Este Libro de la Ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
(Josué 1:8)
Al no estar de acuerdo entre sí, comenzaron a marcharse después de que Pablo dijo una última palabra: "Bien habló el Espíritu Santo a sus padres por medio de Isaías el profeta,
(Hechos 28:25)
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche!
(Salmos 1:2)
Le dieron el libro (el rollo) del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
(Lucas 4:17)
Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí!
(Juan 5:39)
Escuchen la instrucción y sean sabios, Y no la desprecien.
(Proverbios 8:33)
como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías: "VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: 'PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, HAGAN DERECHAS SUS SENDAS.
(Lucas 3:4)
Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones.
(Colosenses 3:16)