Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,
(Hechos 1:21)
comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros Jesús fue recibido arriba al cielo, uno sea constituido testigo con nosotros de Su resurrección."
(Hechos 1:22)
Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, al que también llamaban Justo, y a Matías.
(Hechos 1:23)
Después de orar, dijeron: "Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido
para ocupar (tomar el lugar de) este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía."
(Hechos 1:25)
Echaron suertes y la suerte cayó sobre Matías, y fue contado (escogido) con los once apóstoles.
(Hechos 1:26)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos (unánimes) en un mismo lugar,
(Hechos 2:1)
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Hechos 1:24 - Referencia Cruzada
En esos días Jesús se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.
(Lucas 6:12)
Sabiendo yo, Dios mío, que Tú pruebas el corazón y Te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas cosas en la integridad de mi corazón; y ahora he visto con alegría a Tu pueblo, que está aquí, hacer sus ofrendas a Ti voluntariamente.
(1 Crónicas 29:17)
Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: "Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado."
(Hechos 13:2)
No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta.
(Hebreos 4:13)
A éstos los presentaron ante los apóstoles, y después de orar, pusieron sus manos sobre ellos.
(Hechos 6:6)
Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos,
(Juan 2:24)
Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
(Hechos 14:23)
Pero el SEÑOR dijo a Samuel: "No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón."
(1 Samuel 16:7)
¿No se habría dado cuenta Dios de esto? Pues El conoce los secretos del corazón.
(Salmos 44:21)
Pero, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas rectamente, Que examinas los sentimientos y el corazón, Vea yo Tu venganza contra ellos, Porque a Ti he expuesto mi causa.
(Jeremías 11:20)
En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, El te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, El te rechazará para siempre.
(1 Crónicas 28:9)
A sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y les daré a cada uno según sus obras.
(Apocalipsis 2:23)
escucha Tú desde los cielos, el lugar de Tu morada, y perdona, actúa y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón, porque sólo Tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres,
(1 Reyes 8:39)
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento.
(Proverbios 3:5)
Dios, que conoce el corazón, les dio testimonio dándoles el Espíritu Santo, al igual que a nosotros;
(Hechos 15:8)
El Seol y el Abadón están delante del SEÑOR, ¡Cuánto más los corazones de los hombres!
(Proverbios 15:11)
Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.
(Romanos 8:27)
Ponga el SEÑOR, Dios de los espíritus de toda carne, un hombre sobre la congregación,
(Números 27:16)
Jesús le dijo por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿Me quieres?" Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: "¿Me quieres?" Y Le respondió: "Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que Te quiero." "Apacienta Mis ovejas," le dijo Jesús.
(Juan 21:17)
Oh SEÑOR de los ejércitos, que pruebas al justo, Que ves las entrañas y el corazón, Vea yo Tu venganza sobre ellos, Pues a Ti he encomendado mi causa.
(Jeremías 20:12)
Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, Pruebo los pensamientos, Para dar a cada uno según sus caminos, Según el fruto de sus obras.
(Jeremías 17:10)
Que se acabe la maldad de los impíos, pero establece Tú al justo, Porque el Dios justo prueba los corazones y las mentes.
(Salmos 7:9)