Este, pues, con el precio de su terrible infamia (iniquidad) adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron. (Hechos 1:18)

Esto llegó al conocimiento de todos los que habitaban en Jerusalén, de manera que aquel terreno se llamó en su propia lengua Acéldama, es decir, campo de sangre. (Hechos 1:19)

Pues en el Libro de los Salmos está escrito: "QUE SEA HECHA DESIERTA SU MORADA, Y NO HAYA QUIEN HABITE EN ELLA; Y: QUE OTRO TOME SU CARGO." (Hechos 1:20)

Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,

comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que de entre nosotros Jesús fue recibido arriba al cielo, uno sea constituido testigo con nosotros de Su resurrección." (Hechos 1:22)

Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, al que también llamaban Justo, y a Matías. (Hechos 1:23)

Después de orar, dijeron: "Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has escogido (Hechos 1:24)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 1:21":

El valle de nuestros perturbaciones
En este artículo, el autor Mick Da Silva reflexiona sobre la importancia de sacar el pecado oculto de nuestras vidas para tener éxito en la lucha espiritual. A través de ejemplos bíblicos como la historia de Acán en Josué 7 y pasajes como Santiago 1:13-15, se explora cómo el pecado puede llevarnos al valle de Acor, un lugar de desesperación y derrota. El artículo destaca la importancia de confesar nuestros pecados a Dios y vivir en santidad para ser victoriosos y transformar nuestro entorno.

Consagración para bendición
Artículo sobre la importancia de la consagración espiritual y la necesidad de reconocer que las victorias son gracias a Dios y que el pecado de un solo individuo puede afectar a toda la comunidad de fe.

Hechos 1:21 - Referencia Cruzada

Después de esto, el Señor designó a otros setenta, y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir. (Lucas 10:1)

y les dijo: "Hoy tengo 120 años; ya no puedo ir ni venir, y el SEÑOR me ha dicho: 'No pasarás este Jordán.' (Deuteronomio 31:2)

y ustedes también darán testimonio, porque han estado junto a Mí desde el principio. (Juan 15:27)

que salga y entre delante de ellos, y que los haga salir y entrar a fin de que la congregación del SEÑOR no sea como ovejas que no tienen pastor." (Números 27:17)

Ahora, SEÑOR Dios mío, has hecho a Tu siervo rey en lugar de mi padre David, aunque soy un muchacho y no sé cómo salir ni entrar (estoy sin experiencia). (1 Reyes 3:7)

En verdad les digo, que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. (Juan 10:1)

Ya desde antes, cuando Saúl aún era rey sobre nosotros, usted era el que guiaba a Israel en sus salidas y entradas. Y el SEÑOR le dijo: 'Tú pastorearás a Mi pueblo Israel, y serás príncipe sobre Israel.'" (2 Samuel 5:2)