Nueva Biblia Latinoamericana
Volviendo Jesús a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. (Marcus 7:31)
Y Le trajeron a uno que era sordo y tartamudo, y Le rogaron que pusiera la mano sobre él. (Marcus 7:32)
Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; (Marcus 7:33)
y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: "¡Effatá!" esto es, "¡Abrete!"
Al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad. (Marcus 7:35)
Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. (Marcus 7:36)
Y estaban asombrados en gran manera, y decían: "Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar." (Marcus 7:37)

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Marcus 7:34 - Referencia Cruzada

Fue despreciado y desechado de los hombres, Varón de dolores y experimentado en aflicción; Y como uno de quien los hombres esconden el rostro, Fue despreciado, y no Lo estimamos. (Isaías 53:3)
Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal fuera!" (Juan 11:43)
Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos, y dijo: "Padre, Te doy gracias porque Me has oído. (Juan 11:41)
Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó y le dijo: "Quiero; sé limpio." (Marcus 1:41)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)
Y a la hora novena (3 p.m.) Jesús exclamó con fuerte voz: "ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?" que traducido significa, "DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?" (Marcus 15:34)
Y cuando Jesús la vio llorando, y a los Judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció. (Juan 11:33)
Y tú, hijo de hombre, gime con corazón quebrantado; con amargura gemirás a la vista de ellos. (Ezequiel 21:6)
Jesús lloró. (Juan 11:35)
Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. (Juan 11:38)
Y Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama." Y al instante se levantó. (Hechos 9:34)
Suspirando profundamente en Su espíritu, dijo: "¿Por qué pide señal esta generación? En verdad les digo que no se le dará señal a esta generación." (Marcus 8:12)
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado. (Hebreos 4:15)
Jesús entonces le dijo: "Recibe la vista, tu fe te ha sanado." (Lucas 18:42)
Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9:40)
Tomando a la niña por la mano, le dijo: "Talita cum," que traducido significa: "Niña, a ti te digo, ¡levántate!" (Marcus 5:41)
Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: "Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo Te glorifique a Ti, (Juan 17:1)
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: "Joven, a ti te digo: ¡Levántate!" (Lucas 7:14)
Entonces El tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, los bendijo; partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran; también repartió los dos peces entre todos. (Marcus 6:41)