Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
(Hechos 9:31)Mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos que vivían en Lida.
(Hechos 9:32)Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico.
(Hechos 9:33)Y Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama." Y al instante se levantó.
Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.
(Hechos 9:35)Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido al Griego es Dorcas; esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente.
(Hechos 9:36)Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto.
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Hechos 9:34 - Referencia Cruzada
Este principio de Sus señales (milagros) hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó Su gloria, y Sus discípulos creyeron en El.
(Juan 2:11)Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados," entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."
(Mateo 9:6)Esto lo hacía por muchos días; pero desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: "¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!" Y el espíritu salió en aquel mismo momento.
(Hechos 16:18)Por la fe en Su nombre, es el nombre de Jesús lo que ha fortalecido a este hombre a quien ven y conocen. La fe que viene por medio de Jesús, le ha dado a este esta perfecta sanidad en presencia de todos ustedes.
(Hechos 3:16)Después de entrar en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo: "¿Creen que puedo hacer esto?" "Sí, Señor," Le respondieron.
(Mateo 9:28)Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran así, como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?
(Hechos 3:12)Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!"
(Hechos 3:6)Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: "Quiero; sé limpio." Y al instante quedó limpio de su lepra.
(Mateo 8:3)sepan todos ustedes, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por El, este hombre se halla aquí sano delante de ustedes.
(Hechos 4:10)